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Química en la cosmética – Ingredientes cosméticos II

Química en la cosmética

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L&S.-  La química en la cosmética está por desgracia demasiado presente. Conseguir que una crema espese o se haga densa y suave no es cosa de mezclar ingredientes cosméticos.  Para que cualquier mezcla entre distintas sustancias con fines cosméticos se mantenga, hacen falta los «no activos». Tenemos varios componentes de ese tipo.

  • Emulgentes: para unir grasa y líquidos.
  • Antioxidantes: impiden el deterioro en contacto con el aire.
  • Gelificantes: dan textura y cremosidad.
  • Conservadores: impiden el deterioro temporal.
  • Bactericidas: desinfectan el medio para que no se formen hongos, etc.

Seguridad y control en los ingredientes

No hacen falta tantos componentes en las cremas. Sin embargo, la lista química en la cosmética  se hace interminable. A veces, una simple crema hidratante tiene decenas ingredientes.

La industria cosmética trata de maximizar más y más sus beneficios. Para ello crean nuevos agentes químicos como ingredientes de sus cremas y demás productos. Sus materias primas son cada vez más baratas. Pero surge un problema. En la actualidad existen más de 6.000 componentes químicos que están permitidos, pero no controlados. Esto significa que en los productos de uso cosmético aparecen agentes químicos que desconocemos.

Si buscamos información veremos que pueden causarnos varias condiciones. Por ejemplo: alérgias, eczemas, asma, problemas de pigmentación y hormonales. Además de cáncer o incluso hasta daños genéticos a futuros bebés. Los agentes químicos contenidos en un sólo producto cosmético puede estar siendo culpable de patologías que ni nos imaginamos.

No son pocos los dermatólogos sinceros, que ante la avalancha de cosméticos afirman:

«…hay que estar contento si un producto no contiene ingredientes cosméticos nocivos».

La química en la cosmética mata

Eso explica porqué entre las peluquerías hay más casos de muerte por cáncer, que en cualquier otro grupo laboral femenino. Ellas inhalan directamente los componentes de tratamientos capilares, tintes o decolorantes y resto de agentes químicos. Ya en el año 1969 causó polémica un veredicto de un juez en EEUU. Una consumidora pidió indemnización a una fábrica de cosméticos por no cumplir las promesas publicitarias y causarle una fuerte alergia con eczema. El juez concluyó el pleito:

«La industria cosmética vende imagen – es cosa del consumidor creérselo o no».

Etiquetas graciosas e «hipoalergénicas»…

La publicidad ha creado un sinfín de expresiones y ‹tecnicismos› para los productos cosméticos  que suenan bien. Pero estos carecen de cualquier valor científico: «péptidos superhidratantes», «sistema de purificación celular», etc. Incluso algunos ingredientes se han inventado únicamente por sonar como algo espectacular, como «muscle extract» y «DNA» (¡sustancia genética!). Son todos agentes químicos.

Pero incluso el término «hipoalergénico», tan popular en artículos de farmácia, no tiene más relevancia que las palabras «súper mega-guay». Normalmente, se debería referir a productos cosméticos sin perfume, ya que las fragancias sintéticas son las que estadísticamente más alérgias pueden causar. Pero en ningún caso es un término que comprometa al fabricante. Cada día surgen nuevas alergias y nuevos agentes químicos en la cosmética que las causan. Aparte, la mayoría de estas se manifiestan semanas después de haber utilizado el producto que las pudo provocar.

Química en la cosmética convencional

La pugna por maximizar el beneficio y minimizar la inversión ha llevado a la creación sustancias químicas que no resultan beneficiosas para la piel. Estas solamente engañan la vista durante un par de horas. La manera sincera de cuidar la piel con productos cosméticos es aportándole nutrientes. Así, ella misma se puede recuperar. Pero existen elementos que no aportan nada. Tienen efectos meramente físicos, que en ocasiones pueden resultar dañinas para la epidermis:

  • Química que hincha la piel, haciendo desaparecer pequeñas arrugas

A largo plazo se expanden las células, el tejido decae y se vuelve flácido. Y lo que es peor, la piel se vuelve dependiente del producto y la persona reacciona aplicándose más. Tiene la impresión de que su piel no puede estar sin él.

  • Agentes que decoloran

Sustancias cosméticas agresivas como las compuestas por «ammonium» aclaran la piel, dándole una apariencia más joven y fresca. En realidad sólo se trata de un engaño óptico. Una piel más oscura nos hace parecer mayores al acentuar las sombras. Estos elementos pueden causar alteraciones en la pigmentación, pequeñas heridas y fotosensibilización aguda. Es decir: la piel ya no soporta la luz solar.

  • Química que consigue apariencia de hidratación, como los aceites minerales

Bloquean la barrera lipídica natural de la epidermis, resecando y agrietándola; aunque su textura oleosa y siempre brillante consigue sólo en apariencia un efecto hidratante. A largo plazo pueden causar alergias en cadena, irritación crónica, acné, etc.

  • Química que se agrega para paliar los efectos nocivos de otros agentes químicos

Una estrategia que puede parecer realmente estúpida, pero que se observa a menudo. Esa es la verdadera razón por la cual existen listas de ingredientes interminables. en la etiqueta de un producto que debería ser de lo más simple, podemos leer palabras en latín o abreviadas que nada aportan salvo tóxicos. Así, los fabricantes de cosméticos sin escrúpulos llegan a utilizar aditivos que irritan la piel. Por ejemplo emulgentes y suavizantes o gelificantes baratos con tacto agradable. Deja la piel aterciopelada, pero dañada. Entonces los mezclan con agentes que bloquean las funciones cutáneas nocivas. Para que así la piel no «se defienda» rebelándose y no se haga visible una alergia. Química para tapar la química.




Use cosmética natural

Higiene 

Capilar natural



Vea también: «Ingredientes cosméticos I», «Ingredientes cosméticos III», «Ingredientes cosméticos IV»

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Beatriz Puente

- Posgrado en Nutrición Humana por la Universidad Juan Carlos 1º y por el Colegio de Nutricionistas de Madrid Experta en Nutrición aplicada a la salud por la Universidad de Almería (UAL). - Diplomada en Medicina Ortomolecular y diplomada en Nutrición deportiva por la UAL. - Redactora especializada en artículos de salud desde 2009 en diversos medios

Ver comentarios

    • Estimado lector. Cuándo un estudiante de química como usted dice ser hace una afirmación tan categórica, debe dar los argumentos pertinentes. Nosotros siempre estamos abiertos a rectificar si fuera necesario, pero siempre en base a aclaraciones de expertos en cualquier materia.
      Quedamos en espera de dicha rectificación.

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