¿Qué es un angioma?
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L&S.- Un angioma o hemangioma es una formación venosa de color generalmente rojo o azul rojizo que lo conforma una agrupación de pequeños vasos sanguíneos generalmente en la superficie de la piel de cualquier parte del cuerpo, siendo los más comunes en el rostro, la nariz, boca, vagina, ano, etc. y en ocasiones en otras partes del cuerpo.
Son las típicas manchas rojas vasculares de nacimiento. Es un tipo de lesión bastante común en los recién nacidos. Hasta un 8% de los niños pueden tenerlas durante su primer año de vida, mientras que esa cantidad baja a un 1% después de haber cumplido su segundo año para desaparecer de manera espontánea. Los angiomas suelen producirse menos en los adultos y es más difícil que desaparezcan.
El tamaño de un angioma es variable. Los hay desde pequeños puntitos, hasta angiomas que abarcan toda una pierna, brazo, o incluso medio rostro o medio cuerpo.
¿Cuales son las causas?
Se desconoce la causa exacta que los origina. Las voces que más se oyen son las que argumentan que es un defecto congénito del sistema sanguíneo que hace que los vasos no se desarrollen correctamente, sin embargo, se sabe que no es hereditario.
Hay varios tipos de angioma o hemangioma
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El angioma o hemangioma fresa:
También llamado «nevo en fresa», «nevo vascular», «hemangioma capilar» y «hemangioma simple». Es un tipo de formación vascular que puede comenzar durante las semanas posteriores al parto en cualquier zona del cuerpo del bebé; aunque en su mayoría se presentan en el cuello y rostro. Son simplemente vasos sanguíneos que se juntan entre ellos formando una especie de madeja que se eleva por encima de la superficie de la piel que los rodea.
Suelen ser blandos y miden entre 2 y 5 cm de diámetro, pero los hay que alcanzan tamaños mayores. Tras un período de crecimiento se dan las fases de estabilización y regresión espontánea; aunque la regresión es lenta y después de pasar las fases apenas se nota que hubo una lesión en la zona.
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Angioma cavernoso (hemangioma cavernoso):
También llamado «cavernoma». Es un tipo de angioma similar al fresa, aunque con mayor profundidad. Tiene la característica que puede aparecer en tejidos esponjosos como una especie de corporación venosa. Son de coloración azul amoratado y sus márgenes son poco definidos. Varían mucho de tamaño, aunque generalmente no superarán los 6 cm. Al ser profundos suelen estar cubiertos por una piel con aspecto blanquecino y blando y al igual que el angioma fresa, el angioma o hemangioma cavernoso cumple con unos plazos. A saber: tiene un periodo de crecimiento, uno de estabilización y otro de regresión. No es un problema maligno, pero sí puede ser un problema estético importante, por lo que se suele acudir a la cirugía.
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Parche salmón:
También llamado «nevo simple», «nevus flameus» o «picotazo de cigüeña». Son angiomas muy comunes. Cerca de la mitad de recién nacidos presentan estas pequeñas manchas planas de aspecto sonrosado compuesto de venitas que se pueden ver a simple vista a través de la piel. Suelen estar en la frente, los párpados, el labio superior, en la nuca o entre las cejas, etc. Suelen hacerse más notorios cuándo el bebé arranca a llorar, cuándo defeca, cuando la temperatura cambia, etc.
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Mancha de vino de Oporto:
También llamada «nevus en vino de Oporto» se trata de un angioma o hemangioma plano y liso compuesto por capilares (vasos sanguíneos muy finos) dilatados. Generalmente se presenta en el rostro, siendo su tamaño muy variable y con el tiempo puede abultarse. Puede ir desde una mancha pequeña hasta cubrir la mitad del rostro. También pueden estar en el cuello, el cuero cabelludo y en ocasiones en la boca y partes cuerpo. Estas últimas a veces abarcan grandes superficies que se asocian al síndrome de Sturge-Weber (una enfermedad rara).
Tratamiento del angioma
Un angioma suele desaparecer sólo. Aunque siempre bajo criterio de un médico que será quien decida si no necesita tratamiento o hay que administrar alguno. En caso de no necesitarlo, se debe realizar una labor de vigilancia para detectar posibles cambios. Cambios que pueden ir desde una infección, a sangrado o un crecimiento repentino. En cual caso, la acción médica debe ser inmediata.
Según los estudios más modernos, un angioma fresa o un angioma cavernoso debería permanecer sin tratamiento al menos durante 4 años, ya que por norma general tras ese periodo suelen tener una regresión espontánea y podría haber sido innecesario provocar una cicatriz.
Cuándo un angioma se desarrolla rápidamente, el tratamiento láser es uno de los que da resultados más positivos. También se utilizan corticoides.
Muy buena descripción. Me siento más aliviada.