¿Qué es la cistitis postcoital?
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Sabemos que la cistitis (E. Coli)es una inflamación de la vejiga urinaria (Vea aquí más sobre la cistitis o infección de orina). Esta condición se clasifica en dos grupos. La no infecciosa y la infecciosa. Esta última es la más habitual, pero también tenemos la cistitis postcoital; una variante de la misma infección, pero que se contrae durante las relaciones íntimas. Los arándanos rojos pueden ser nuestro aliado.
Veamos la diferencia entre cistitis infecciosa y cistitis cistitis infecciosa
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Cistitis no infecciosa
La cistitis no infecciosa es una inflamación que puede tener su origen en varias causas. Por ejemplo en la presencia de cuerpos extraños. También en el uso de una sonda urinaria insertada por la uretra; o la administración de fármacos químicos; ciertas alergias a ingredientes utilizados en algunos fórmulas de productos de higiene íntima; detergentes con los que se lava la ropa; uso de compresas y tampones; radiación; patologías que repercutan en la vejiga, etc.
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Cistitis infecciosa
Dentro de la de tipo infeccioso y en un porcentaje muy elevado está la que provoca la cistitis postcoital; también denominada cistitis después de las relaciones sexuales. Se trata en la mayoría de los casos de la acción de una bacteria. La Escherichia coli o E. coli. Es un tipo de bacteria casi siempre inofensiva; presente en el intestino de las personas y los animales de sangre caliente.
En el caso de la cistitis postcoital o cistitis después de tener relaciones sexuales, la E. coli asciende a través de la uretra hacia la vejiga. La uretra es n conducto abierto al exterior. Su cometido es el de evacuar la orina. Y en el caso de las mujeres es de recorrido más corto que en los hombres.
Factores favorecedores de la cistitis postcoital
El principal factor para que muchas mujeres contraigan cistitis postcoital o cistitis después de las relaciones sexuales es el propio roce. El coito propicia la entrada de uropatógenos a la vejiga.
En el suelo pélvico femenino conviven el ano, la vagina y la uretra. Durante los preliminares, puede producirse contaminación fecal. Sobre todo si la higiene no es todo lo concienzuda que debiera. Además, el coito en sí puede provocar traumas que favorecen la entrada de las bacterias que circundan la zona.
Otra cosa en que la penetración puede ser determinante para contraer cistitis postcoital o cistitis después de las relaciones sexuales es el hecho en sí. Primeramente, se está introduciendo un cuerpo que actúa como transportador de patógenos desde el exterior. Esto favorece que las bacterias de fuera sean empujadas a la uretra. Además, con el agravante de que cuanto mayor sea la intensidad de la relación más relajación tendrá toda el área; y por tanto, mayor riesgo de que entren dichas bacterias. Estas se multiplican con enorme facilidad. Posteriormente, cuándo se ha producido la infección y una vez se han creado colonias, el organismo reacciona con respuesta inflamatoria. Condición que cursa con dolor, fiebre, micción escasa, frecuente y dolorosa; y demás síntomas.
El hecho de que es una patología que se produce como consecuencia de relaciones sexuales no la transforma en una enfermedad de transmisión sexual o venérea. No lo es. Son las características propias de los órganos del suelo pélvico femenino las que favorecen dicha infección. La uretra está muy comprometida durante el acto sexual. Es la puerta de entrada de microorganismos.
También el hombre es susceptible de contraer cistitis postcoital.
Otras posibles causas
- Una mala higiene femenina antes y después de las relaciones sexuales también puede estar vinculada a una cistitis postcoital. Orinar una vez acabado el coito y lavar bien la zona, puede ser determinante. Si no se hace, las bacterias tienen mayores posibilidades de llegar a la vejiga y multiplicarse.
- Los preservativos pueden modificar el pH de la mucosa vaginal y también de la vejiga. Eso puede dar origen a la colonización de bacterias como puede ser la E. Coli.
- El uso de compresas o de tampones. Los plásticos y el relleno celulosa (que emula al algodón) pueden provocar sequedad vaginal, irritaciones y también infecciones.
- Los anticonceptivos orales modifican el ciclo menstrual y la acción natural de las hormonas. Además, esto también causa que la mucosa se altere y debilite, dando lugar al contagio que provocará la cistitis postcoital.
- La falta de lubricación puede ejercer un rol importante en el contraer cistitis postcoital. Una lubricación insuficiente provoca irritaciones vaginales y hasta vaginitis. Esto estaría favoreciendo el desarrollo de patógenos.
Los factores que contribuyen a contraer una cistitis poscoital son:
- La propia anatomía femenina.
- Una lubricación deficiente.
- El uso de preservativos.
- Anticonceptivos; tanto los dispositivos (DIU), como los orales.
- La utilización de compresas, tampones. También el uso de copas menstruales sin lavar bien.
¿Cómo prevenir la cistitis postcoital?
La cistitis después de las relaciones sexuales puede prevenirse tomando algunas medidas profilácticas. Algunas son:
- Beber agua va a disminuir el riesgo. Se aconseja miccionar de inmediato una vez finalizado el acto sexual. Es una medida sencilla para eliminar cualquier posible bacteria que haya contaminado la uretra. En lo posible, lo ideal sería orinar antes y después. Ese hecho estaría aumentando la expulsión de patógenos. Esto se puede conseguir habiéndose hidratado durante el día e inmediatamente antes de tener relaciones sexuales.
- También es determinante lavar bien la zona pélvica antes y después del coito para evitar que se transporten restos fecales.
- Elevar las defensas del cuerpo con una alimentación saludable o suplementando. Las bayas de arándanos es el suplemento más utilizado con éxito en caso de cistitis.
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Referencias:
mejorconsalud.com/hacer-el-amor-con-cistitis/