L&S.- La hepatitis es una enfermedad silenciosa, que puede causar un daño permanente al hígado. Una persona puede estar afectada durante años sin saberlo, hasta que descubre que tiene el hígado dañado por su causa y durante ese tiempo, ha estado infectando a otros. Debe saber que la hepatitis viral es una inflamación del hígado que está causada por uno de los cinco virus de la hepatitis. Son los denominados llamados tipo A, B, C. También tenemos la del tipo D y E. (vea OMS).
El día mundial de la hepatitis: 28 de julio
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El hígado está localizado en la parte superior derecha del abdomen. Es un órgano que trabaja de manera ininterrumpida durante las 24 horas del día, 365 días al año depurando y limpiando la sangre de toxinas a fin de que el organismo trabaje sin problema. Es la fábrica del cuerpo. Además, el hígado almacena vitaminas y minerales y se asegura de que el cuerpo reciba estos elementos en la cantidad adecuada. Produce los aminoácidos necesarios para construir los músculos y que éstos se mantengan sanos y fuertes. Mantiene el cuerpo con la cantidad justa de glucosa (azúcares). Regula también los niveles hormonales que se necesitan para realizar los diferentes procesos. Produce la bilis, un líquido digestivo muy importante. Controla las grasas y un largo etcétera.
Es la inflamación del hígado ya sea por irritación o por infección. Cuándo el hígado está inflamado empieza a perder su
Es un tipo de hepatitis que se contagia mucho en los niños. El virus está presente en las heces de las personas infectadas y el contagio se produce cuando no hay suficiente higiene. Ese es uno de los motivos por lo que es tan importante lavarse las manos antes de comer y después de ir al baño. Con ese simple gesto se puede evitar un posible contagio de esta y de otras muchas enfermedades.
Otra manera de infectarse es a través de algunos alimentos portadores del virus. Puede ocurrir si se cultivaron o se criaron en aguas contaminadas o en condiciones insalubres.
Esta variedad del virus afecta a las personas durante un tiempo corto, tras el cual remite y la inflamación, también.
¿Cómo prevenirla?
Lavarse las manos regularmente, en especial después de ir al baño o cambiar el pañal de un bebé. Antes de comer, lavar muy bien las frutas y verduras. No comer mariscos crudos, como ostras, almejas, mejillones, etc. Si se tiene la sospecha de que pueda tener riesgo de contraer el virus o se va a viajar a países dónde se piensa que el virus podría entrar en contacto con el agua o con los alimentos, hay que vacunarse. La vacuna de de tipo A, suele administrase a todos los niños entre 1 y 2 años de edad en la mayoría de países desarrollados. Ayudará a crear anticuerpos que le protegerán contraer la enfermedad.
A diferencia de la del tipo A, que es una inflamación a corto plazo y desaparece por completo una vez haya pasado todo el proceso viral, las hepatitis C y B pueden convertirse en enfermedades graves a largo plazo para muchas personas. Es un tipo de enfermedad que debería evitarse al máximo, por las terribles secuelas que conlleva.
La población de mayor riesgo de contraer el virus de la hepatitis C y B son los adolescentes y los adultos jóvenes. También el personal sanitario es grupo de riesgo. Muchas personas eligen vacunarse contra la hepatitis B, no ocurre lo mismo con la del tipo C, ya que hasta ahora, no existe una vacuna para ella.
La manera de contagiarse de la hepatitis B y C es de persona a persona. Al igual que el contagio del VIH, este tipo de enfermedad se producen por contagio directo a través de los fluidos corporales de otras personas infectadas. Generalmente es a través del contacto sexual, pero no hay que descartar otras formas de contraerla, tales como través de heridas abiertas en contacto con el virus, o por compartir jeringuillas para administrar drogas ilegales, compartir maquinillas de afeitar, etc. hay que tener muy en cuenta, que el virus de las hepatitis B y C pasa con mayor facilidad al torrente sanguíneo que el virus del VIH a través heridas, o contacto directo.
Otras formas menos frecuentes de transmisión del virus, pueden ser maneras inesperadas, como con el instrumental no esterilizado para realizar piercings, tatuajes, manicuras, pedicuras, etc.
Las personas infectadas con este virus (tipo B y tipo C) pueden transmitir la enfermedad aun si no presentan síntomas. Madres infectadas transmiten a su bebé este tipo de hepatitis al nacer.
Aunque hay personas que no muestran signos de tener la enfermedad, otros sí tienen un cuadro clínico que les lleva a buscar ayuda médica. Estos síntomas son:
Además, el médico ordenará una analítica de sangre para confirmar o descartar la presencia del virus de la hepatitis B o C.
En un examen físico, el médico buscará:
El médico ordenará un examen de sangre para diagnosticar correctamente la hepatitis y de qué tipo es. Esto puede extenderlo también a los miembros directos de la familia por si hay alguno que sea portador del virus. Con la información en la mano, ayudará a la/s persona/s a conseguir la atención adecuada.
Será el médico quién ponga el tratamiento más adecuado. Tratamiento que seguramente consensuará con el paciente. Dicho tratamiento varía en función del tipo y gravedad de la hepatitis que padezca el enfermo.
Este será también en función del daño hepático y de las complicaciones que acarrea. Estas pueden ser:
Alguien que tiene hepatitis tendrá que tomar suficientes líquidos, comer alimentos muy saludables y descansar mucho. Deberá atender su hígado y fortalecerlo. El resto de miembros de la familia, deberían vacunarse como prevención.
Se le hará un seguimiento médico constante para ver la evolución de la enfermedad. Serán los análisis de sangre, los que demostrarán que está libre de la hepatitis. En el caso de que no remita, se puede tratar de hepatitis B o C crónica. En ese caso su dieta y las visitas periódicas al médico son fundamentales. Es posible que tenga que administrar tratamientos específicos, ya que puede llegar a causar daño hepático, insuficiencia hepática o incluso cáncer de hígado.
La mejor manera de mantener lejos esta enfermedad es la profilaxis. Lavar bien las manos, lavar bien los alimentos, utilizar preservativos en las relaciones sexuales y cuidar bien el contacto con otras personas cuándo hay heridas abiertas.
Sobre todo, cuide su hígado. Tiene que durar toda la vida.
Tome:
Referencias
Dienstag JL. Hepatitis B virus infection.N Engl J Med
Jou JH, Muir AJ. In the clinic. Hepatitis C.Ann Intern Med
Sjogren MH, Cheatham JG. Hepatitis A. In: Feldman M, Friedman LS, Brandt LJ, eds.Sleisenger & Fordtran’s Gastrointestinal and Liver Disease
Pawlotsky JM, Mchutchison J. Chronic viral and autoimmune hepatitis. In: Goldman L, Ausiello D, eds.Cecil Medicine
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