Leishmaniasis
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L&S.- La Leishmaniosis (Leishmaniasis) es una enfermedad infecciosa. Afecta a la piel, a las mucosas y puede incluir a tejidos y órganos internos. También a la médula ósea y al bazo. En la infección de Leishmaniasis intervienen dos insectos. Estos son el protozoo de la familia Leishmania y el portador, que es un tipo de mosquito parásito hematófago. Este lo transporta desde animal infectado al animal huésped. Lo hace a través de su picadura. Dichos insectos portadores son preferentemente las hembras de los mosquitos del género Phlebotomus (flebotomos y flebotominos (Phlebotominae) en Europa y Asia y Lutzomya en América Central. Ambos son jejenes flebótomos (del griego phlebos, vena y tomos, cortar). Ese mosquito parásito flebotomo es también llamado «mosca de la arena».
El flebótomo hembra necesita picar sangre a un huésped para reproducirse. Al picar introduce en su cuerpo sangre infectada con Leishmaniasis. Los parásitos ingeridos se reproducen dentro del flebótomo y es inoculado en la siguiente picadura.
¿El flebotomo es realmente la única forma de transmisión?
En perros y otros animales el flebótomo es la única forma de transmisión conocida. En los seres humanos pueden intervenir otros factores. Se han descrito casos de transmisión por agujas infectadas (transmisión de sangre a sangre directa). Es una enfermedad poco frecuente, aunque ha habido un preocupante aumento en los últimos años en algunas zonas, por lo que no se debe dar por erradicada.
Ni qué decir tiene que la prevención de esta enfermedad, pasa por evitar estar expuesto al mosquito parásito o flebotomo quien la transmite y por lo tanto, se aconsejan medidas que alejen de su picadura, tanto dentro, como fuera de la casa.
La Leishmaniasis en humanos
Leishmaniasis cutánea, conocida en Perú como «uta» empieza con ulceraciones indoloras en el sitio de la picadura del flebótomo infectado y pueden desaparecer de manera espontánea. Pueden también desarrollarse pasadas semanas o meses desde que ocurre la picadura. En este caso, permanecen de forma crónica durante años.
La Leishmaniasis se manifiesta en dos formas clínicas: Leishmaniasis visceral y Leishmaniasis cutánea. La leishmaniasis sistémica o visceral «kala azar» afecta a todo el cuerpo. Es la forma más grave del contagio por el mosquito parásito flebotomo. Afecta a órganos internos imprescindibles para mantener la vida, como puede ser el bazo, el hígado y la médula ósea. Esta forma de la enfermedad, puede ser mortal, porque los parásitos dañan el sistema inmunitario, diezmando el número de células que ayudan a combatir la dichosa enfermedad.
Este tipo de Leishmaniasis es la que se presenta en los perros y aunque se intenta repeler parásitos con vacunas, no se consigue de forma eficiente y ocurren casos con una frecuencia indeseable. Cursa con fiebre, pérdida de peso y un notable aumento del tamaño del hígado y bazo. Junto con estos síntomas, puede también mostrar anemia y otras importantes variables en las valoraciones sanguíneas.
¿Cómo pueden infectarse las personas?
La Leishmaniasis no se transmite de persona a persona o de animal doméstico a persona, sino, más bien es cuándo el mosquito parásito flebotomo pica a un animal doméstico infectado y después pica a un humano. Ahí es cuándo comienza el proceso de la enfermedad. Habitualmente es a través del perro. También el conejo silvestre, etc.
El flebotomo no es un mosquito normal. Es un jején amarillo pajizo (tirando a marrón); más pequeño que el mosquito común y su vuelo es más silencioso. Este mosquito parásito tiene su mayor riesgo de infectar la Leishmaniasis al anochecer (a las primeras horas de la noche). También, durante el amanecer. Durante el día no actúa y por lo tanto el riesgo de infección es menor.
Una vez el flebotomo ha picado, se puede tardar desde 10 días hasta meses en desarrollar la Leishmaniasis; pero lo más común, es que se desarrolle entre dos a seis meses en la variante Leishmaniasis visceral y de dos semanas a cuatro meses en la forma de Leishmaniasis cutánea.
Los síntomas de la Leishmaniasis cutánea
Por supuesto, estos van a depender del lugar en que estén localizadas las lesiones y pueden abarcar:
- Llagas en la piel que pueden convertirse en una úlcera cutánea que sana muy lentamente.
- Dificultad para deglutir.
- Problemas para respirar.
- Congestión nasal, rinorrea y hemorragia nasal.
- Úlceras y desgaste (erosión) en la boca, la lengua, las encías, los labios, la nariz y el tabique nasal.
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Graviola para desparasitar
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SEU para reconstruir de forma sistémica a nivel de la médula ósea
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