El testimonio de una valiente mujer que sigue el protocolo anti cándidas
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L&S.– En mis entradas nunca hablo en primera persona. Esta es de hecho la primera vez. Quizás sea la única manera que se comprenda el porqué de este artículo. Quiero compartir con los lectores de lineaysalud.com una experiencia de vida. Un testimonio de una mujer a quién deberían darle una medalla al valor y también pedirle perdón por obligarla a luchar contra los elementos. Una mujer que ha ido peleando contra molinos de viento sin rendirse. Sus gigantes han sido potentes, pero no tanto como ella. La candidiasis sistémica no diagnosticada que padece no hizo más que agregar peso a una losa que pesaba sobre ella desde niña. Pero fue la candidiasis sistémica y nuestro protocolo anti cándidas lo que hizo que un día sonara el teléfono y nos conociéramos.
Ella misma va a contar con sus propias palabras sus avatares. No he querido tocar su relato, porque es un relato cargado de su propia fuerza. Como le dije: «No quiero tocar, cortar, añadir nada, porque son palabras con corazón».
Así comienza su testimonio en V.O. con el protocolo anti cándidas. Tratamiento que con tanto cuidado hemos preparado para una condición terrible en muchos casos. Este es el relato, tal como llegó hasta mi en sus propias palabras.
¿Te acuerdas Beatriz de la primera vez k contacte contigo? Te escribí un correo k no sabía bien si ibas a contestar o solo hacerlo de forma políticamente correcta, y me acuerdo k lo primero k me dijiste fue algo así: «lo k me sorprende es k hayas escrito todo eso desde el teclado de un iPad». Me hizo gracia, me gustaste y mi instinto me dijo k íbamos a conectar.
Etapa de abusos y anorexia…
Como sabes, desde los seis u ocho años padecí anorexia nerviosa a causa de sufrir abuso sexual por parte de mi padre durante la infancia y pre adolescencia. Al igual que la candidiasis sistémica, la anorexia es otra enfermedad cruel y silenciosa. También invisible a los ojos de todos hasta k el físico te delata. Creí desprenderme de ella a las 29 años cuando tras hacerme una simple e inofensiva pregunta: ¿eres feliz? Rompí con mi vida hasta entonces. Casa, estudios, proyectos de futuro y demás. Entonces me fui de retiro a una casa k tenían mis padres en Navarra y allí fui notando k esa anorexia se iba disipando y kedando atrás.
Una vez tú y yo hablamos acerca de enfermedades k se esconden por debajo de una enfermedad principal; y k cuando ésta se cree resuelta, existe la posibilidad de k otras se desarrollen con fuerza. Pudo ser eso o simplemente porque tenía k ser, pero a los pocos meses de estar en Navarra aparecieron los primeros síntomas evidentes de la candidiasis sistémica. Era una enfermedad k desconocía y k no supe hasta muchos años después k la tenía.
Etapa de ir y venir en busca de ayuda especializada…
Se me aconsejó k acudiera lo antes posible a la Clínica [… el nombre ha sido omitido]. Era toda una institución y referente médico. Y como dicta el protocolo me prepararon un suculento tour a lo largo de varios días y a través de numerosas especialidades; con sus consagradas pruebas, análisis, test y visitas médicas. Digestivo, ginecología, psiquiatría, psicología, mamografías, prueba del hidrógeno, endoscopias, prueba de contraste y muchas más.
Por aquel entonces yo era una víctima más del sistema médico convencional. Un «paciente pasivo» k delegaba su salud en las manos y conocimientos de un médico. Él debía saber qué hacer y cómo actuar y tu mientras tanto, obedeces, pagas y te tomas todo lo k te dicen. Siempre con la esperanza de que así se resolverá de forma milagrosa tu problema, porque en realidad no entiendes nada ni te explican bien k es lo k tienes.
1º Diagnóstico: Intolerancia Hereditaria a la fructosa y sorbitol
El resultado de todo aquello fue que se me diagnosticó IHF (Intolerancia Hereditaria a la fructosa y sorbitol). Únicamente se me dijo que no debía comer frutas y verduras… eso fue todo. Eliminé esos alimentos de mi dieta pero no veía ningún resultado. Es más, me seguía encontrando igual o peor. Un día detecté que el azúcar blanco me producía cierta adición, no podía controlar aquello. Nunca me pegué ningún atracón, pero sabía que no era normal que estuviera constantemente deseando tomar azúcar. No me veía saciada con una ración normal como era de esperar.
El resultado
En menos de seis meses cogí 20kilos, peso en agua. El cuerpo cuando se siente agredido retiene agua como medio de supervivencia. La infección gastrointestinal era fuerte e iba a más. Por mis propios medios descubrí k el azúcar o sacarosa es un disacárido, mitad fructosa y mitad glucosa. En la Clínica [… el nombre ha sido omitido] en ningún momento se me dijo que no debía tomar azúcar. Mala praxis, diagnóstico erróneo y como consecuencia diez años de lucha sorda en los cuales sufrí.
Mi organismo se deterioró muchísimo por no entender ni tener un tratamiento adecuado. Años en los k cada día k me levantaba era una cosa más o una cosa nueva a lo k enfrentarse. Malnutrición y aislamiento; porque hay que decirlo, la enfermedad siempre nos aísla. Yo me sentía invisible y juzgada y el mero hecho de sobrevivir o superar el día a día era un trabajo para mí. A no ser que tengas formación, curiosidad por la materia o hayas crecido en un entorno relacionado con la salud, nadie está preparado para entender una enfermedad; y no solo eso, si no cómo tu organismo la desarrolla y de qué manera tú lo estás viviendo.
Reflexiones
Yo vivía en Madrid totalmente enfrascada en mi carrera de Bellas Artes y mis intereses y habilidades nada tenían que ver con todo esto, mi vida, mi obsesión y mi pasión era la restauración de obras de arte sacras así como la historia del arte, y mis hobbies versaban entorno a la naturaleza, la biología, psicología o la astrología, por eso somos un blanco fácil si actuamos como nos enseñaron y no tomamos las riendas y nos responsabilizamos de nuestra propia salud , eso es crucial, responsabilizarnos de nuestra salud y no delegar en una serie de personas con títulos médicos colgados en las paredes en esta vida todo es relativo, y nuestro instinto e intuición debe prevalecer sobre los esquemas o apariencias sociales.
Retomo la historia… Más pruebas
Poco tiempo después y viendo como estaba decidí acudir al Hospital [… el nombre ha sido omitido]. Pruebas y análisis. Y entre esas pruebas me hicieron hacer de nuevo la de contraste esófago-gastroduodenal, para la cual se debe tomar una papilla con sabor a fresa que al probar me alarmó porque era muy dulce. Se lo comenté al especialista y vimos que ese ‹cemento› se edulcoraba con sorbitol para que no diera problemas a los diabéticos. Hoy en día las reacciones e intolerancias alimenticias relacionadas principalmente con los azúcares, leche y harinas se han disparado. Lo han hecho de tal manera, que en mi opinión estas cosas no deberían suceder; y cuando se acude a realizar una prueba de este tipo es totalmente discriminatorio que esa pasta sepa a fresa dulce antes que a nada o a rayos. Aun así me lo tome y pase unos días horribles.
2º Diagnóstico. Se limitaron al primer diagnóstico. Era lo más fácil
No dieron muxo valor al resultado de las pruebas que ellos mismos hicieron pero si a las de la Clinica [… el nombre ha sido omitido]. Como digo, aki el prestigio de La Clínica eclipsa cualquier buena voluntad de pensar y ejercer por uno mismo. Me citaron ocho días después por que la médico no tenía ni idea de la materia. Debía estudiárselo para poder decirme algo. El día de la visita me recibió con un tomo de enciclopedia, fotocopias y apuntes para explicarme un pokito más lo k era tener IHF (Intolerancia Hereditaria a la fructosa y sorbitol) y qué debía hacer. La verdad es que fue bastante lamentable. Lo único que se limitó a decirme es que no tomara nada de lo que me hiciera daño. Que no existía tratamiento. Que era algo irreversible y k me kedaba así para los restos.
Obviamente una dieta tan sumamente estricta y carente de tantos nutrientes tendría sus consecuencias… y con esas me fui. Como es de esperar, empeoré. Cada vez estaba más débil. Pasados unos años, de las pocas personas k kedaban a mi alrededor, hubo una que me puso en contacto con alguien que a su vez me aconsejó acudir a [… el nombre ha sido omitido]; una clínica especializada en estos problemas. Era para hacer unos análisis y pruebas de intolerancia. Por akel entonces mi dieta se había reducido a cuatro cosas y aun así todo me sentaba mal. Mis digestiones eran eternas, tripa hinxada, sensación de pesadez y saciedad continua. Acudimos a esta clínica y me hicieron los análisis. Creí k eso era todo, pero hablando con la enfermera de ese sitio descubrí qué era realmente todo akello, o eso creía entonces.
Más pruebas y todavía sin protocolo anticándidas
Había un doctor y allí se hacían toda clase de pruebas con medicina biológica y regenerativa, y otras cosas raras k jamás logré entender. Decidimos ir a más y cogimos cita con el doctor en cuestión. Expuse mi caso y él comentó «k todos los raros terminaban por acudir a él». A continuación y como era de esperar me hicieron pruebas, cultivos y más análisis. Me enviaron los resultados a casa; y cuando logré entender akello, cuando fui realmente consciente de lo k suponía akello se me vino el mundo encima. Era intolerante a prácticamente a todo y tenía una altísima infección por Cándida albicans, clostridium dificcile y otros vixos mas.
No sabía ni que comer ese mismo día y tampoco sabía a lo k me enfrentaba. Este doctor nunca nos habló claro. Nunca concreto que la causa principal era una candidiasis sistémica y que significaba akello. Nunca me habló del intestino permeable y sus consecuencias. Sólo divagaba. Nos atendía con prisas y me recetaba muchísimas disoluciones que debía tomar todos los días. También unos supositorios específicos que traían de Alemania, además de acudir periódicamente para realizar hidroterapias de colon, sesiones de ozonoterapia y otras técnicas.
Agotada, cansada y sin dinero…
Al final se acabó el dinero y con ello el tratamiento. Lo comunicamos y nunca obtuvimos ni una respuesta ni una despedida formal. Nosotros teníamos k desplazarnos hasta Zaragoza. Pagar un parking en el centro de la ciudad y la visita médica k tenía un coste elevadísimo. También las sesiones de cada técnica y las muchas disoluciones k debía llevarme a casa para tomar religiosamente cada día. Akello era insostenible y a excepción de que me kedé casi en los huesos y k aún, si cabe tenía más debilidad, no obtuve mayores resultados. Si k es verdad k hasta donde yo sé, cualquier protocolo anti cándidas es largo, costoso y pesado; pero en este caso no había equilibrio entre gastos y beneficio.
3º Diagnóstico
Pasaron años y siempre había alguna terapia o algún médico prodigioso k llegaba a mis oídos. Pero por akel entonces yo había perdido la esperanza. Desconfiaba de clínicas milagrosas con listas interminables de pacientes con enfermedades raras. Para entonces solo iba tirando y así, de manera totalmente fortuita conocí a una persona que estaba en esto de las medicinas naturales y alternativas; iridología, masajes terapéuticos y demás… Al principio fui reacia por que no kería tener de nuevo esperanza de k podía curarme, gastar un dineral y k más tarde no sirviera para nada; pero cedí y me metí a ello.
Expuse mi caso y mis síntomas y cómo me encontraba en ese tiempo. Todavía seguíamos hablando de intolerancias a muxos grupos de alimentos y azúcares. No hablábamos de candidiasis sistémica. Esta persona me respondió k no lo veía difícil y k podía curarme sin problemas. Aquello duraría medio año entre masajes, infusiones, intentos de incorporar nuevos alimentos, ampollas de rábano negro y k sé yo qué más… al final lo dejamos por falta de resultados.
Otra decepción. Seguía empeorando. Busqué en Google «protocolo anti cándidas»
A partir de entonces, no hice caso a más gurús, médicos, clínicas o tratamientos milagrosos k me dijeran. Con el paso del tiempo fui empeorando hasta llegar a un punto en el que devolvía casi todos los días. Tenía diarreas continuas con sangrado. Las digestiones eran horribles. Estaba muy hinchada. Además, con diversos problemas en la piel, como herpes o eccemas, pesadez, cansancio, decaimiento, desarreglos hormonales, etc. Un día sin más decidí tomar riendas e indagar en Google. Sólo con mis síntomas quería averiguar qué es lo que me pasaba; y como siempre pasa con las webs, vas encadenando y al final descubrí que lo k tenía. Era candidiasis sistémica. Me sentía totalmente identificada con toda la información acerca de esa enfermedad y así encontré y contacté con Beatriz.
Buscaba un protocolo anti cándidas y me topé con su blog lineaysalud.com. Ahí se explicaba de forma muy coherente qué hacer y porqué. Esa lógica y coherencia sin prometer fórmulas milagrosas es lo k atrapo mi atención. Entendía que era un trabajo diario. Un compromiso total y absoluto con uno mismo. Así empecé, y pasito a pasito sin bajar la guardia ni un solo momento hemos luchado y trabajado juntas.
Corrígeme si me ekivoco Beatriz, pero llevaremos unos 5 años enfrentándonos a una enfermedad tremendamente cruel y severa, que te destruye por dentro a todos los niveles pero permanece ciega a los ojos del resto.
[Seguramente serán 5 años … o quizás algo más tiempo siguiendo el protocolo anticándidas]
Beatriz no solo me guiaste en el proceso contra la candidiasis sistémica. Además me ayudaste a entender esta enfermedad sin sentirme una enferma; a saber decidir ante la multitud de reveses e inconvenientes k han surgido todos estos años. Has sabido guardar el perfecto equilibrio entre «el estoy aki de forma incondicional para cuando lo necesites», y el «debes salir adelante por ti misma». A escudar mi cuerpo y saber interpretar las señales. Has estado siempre y de forma altruista; y como te he dixo alguna vez: «no eres una amiga, eres parte de mí y estamos unidas a partir de una prueba de vida que marca para siempre».
Actualmente empiezo a oír levemente esa «sinfonía» de la k a veces me has hablado. Es algo muy lento pero si se tiene buen diálogo con uno mismo y aprendes a observar se aprecian resultados. Soy consciente de mi enfermedad y sin ningún tipo de drama he aceptado lo que tengo. La candidiasis sistémica te crucifica y debo cuidarme y convivir con ello para el resto de mi vida; y no pasa nada… Mi dieta a día de hoy es muy reducida pero ya veremos k sucede más adelante.
Ganando la batalla con el protocolo anti cándidas
Poco a poco vamos ganándole terreno a la candidiasis sistémica, pero la recuperación es directamente proporcional a los años k se ha estado enfermo y expuesto a la infección. Cuando se empieza desde tan abajo; con tal gravedad y tan extendida como estaba la mía, lógicamente es más larga y tediosa la recuperación; y como con todas las enfermedades no solo tiene k ver con el desequilibrio puntual de un órgano; detrás de algo así siempre suele haber una mente y unas emociones dañadas a causa de vivencias traumáticas o violentas que aún no se han resuelto y están pudriéndose en alguna parte de ti.
Eres especial. ¡Animo!
Cuándo te pusiste en contacto conmigo para seguir el protocolo anti cándidas tenías muchas preguntas. Pensé que sería arduo, pero que se podía. No te hice promesas porque dependía de ti y no de mi. Una candidiasis sistémica a ese grado, era un reto, pero cuánto más te iba conociendo, tu actitud me daba pistas de cómo apoyarte. No se trataba sólo de tomar cosas terapéuticas. Se trataba de acallar el ruido que había en tu corazón y sólo precisabas algo de guía. Ambas descubrimos «la enfermedad que se esconde por debajo de una enfermedad» y abriste la caja de Pandora. Este testimonio es parte de tu catarsis. Todavía hay demonios que tienes que ahuyentar. Y cómo no, te toca a ti sola hacerlo. Pero las cándidas están bajo control.
Tus cartas no son fáciles de jugar, pero ganarás. Soluciona «eso que ya sabemos», que es el origen de todo por lo que has pasado. Equilibra tu vida y la partida la ganas seguro. No hay nada como la paz interior para curar heridas. Perdona. No por quién es culpable, sino por ti misma.
Va por ti, querida Laura. Tienes una gran valía. Ambas sabemos que eres PAS, y como PAS que eres tu fortaleza radica en conocer tu propia fragilidad. Mi valiente paciente y amiga. Obediente y constante. Has sabido responder al protocolo anti cándidas y has podido recoger los resultados.
Solo puedo darte mi enhorabuena.
estoy aburrida de que no pudo comer nada y estoy en los huesos. Me dicen que tengo una alteracion en la mucosa intestinal pero no me dan occiones. me dicen que no coma cosas. tengo una lista muy larga de cosas que no tengo que comer y me da igual. ¿sera que tengo candidasis?
Yo quiero saber mas de ese protocolo. Llevo 15 años de un lado a otro sin alluda de verda. Imagino que podran alludarme. Me llamo teofilo y soy de Lima. Tengo 45 anos.