Mal de Crohn y sus posibles tratamientos
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L&S.- Al día de hoy, el mal de Crohn o enfermedad de Crohn no es curable. Si bien, tampoco es mortal. Y si además, se mantiene bien controlada, los pacientes pueden hacer una vida totalmente normal. El fin del tratamiento es evitar nuevos brotes o reducir la duración de los que surgen. El protocolo médico consiste en realizar reposo, administración de fármacos y corticoides, además de una dieta adecuada de fácil digestión. Esta debe se baja en fibras y grasas y alta en proteínas y calorías. Muchas veces suele complementarse con algún suplemento de vitaminas y minerales. Sobre todo si el paciente presenta carencia de algún micronutriente.
Si la enfermedad de Crohn está muy avanzada o con complicaciones se recurre a la cirugía para extirpar los segmentos intestinales afectados.
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Pautas dietéticas
Los alimento parecen no desempeñar ningún papel en las causas de la enfermedad. Aunque una buena nutrición es esencial en cualquier enfermedad crónica. En especial en esta, que se caracteriza por una reducción del apetito, pobre absorción y diarrea.
La dieta o plan que se debe seguir en personas afectadas por el mal de Crohn o enfermedad de Crohn es un régimen de alimentación de cuidado intestinal. Que facilite la digestión y logre disminuir el trabajo digestivo. Siempre será una ayuda complementaria al tratamiento farmacológico.
Comidas
- No es aconsejable el consumo de alimentos crudos. Es debido a que su digestión requerirá más trabajo gástrico e intestinal.
- Se debe beber mucha agua, líquidos, tisanas, etc. para reponer los que se pierden a través de vómitos y diarreas. También se puede suplementar con electrolitos.
- Se deben evitar las comidas fritas, rehogadas, gratinados, etc. Suelen ir acompañadas de grasas y las grasas no son aconsejables.
- Comidas cocinadas al vapor, a la plancha o hervidas deben constituir la dieta de un enfermo del mal de Crohn o de colitis ulcerosa.
- Deben evitarse los azúcares refinados.
- Se deben suprimir los irritante intestinales: lactosa, quesos muy fermentados, grasa, alcohol, café, chocolate, bebidas gaseosas, azúcares, frituras, condimentos, embutidos, picantes, tabaco, carnes rojas, etc.
Aportes de proteínas
- Sobre las proteínas, debe haber un aporte más alto de lo normal, ya que con la enfermedad de Crohn se presentan deficiencias nutricionales y minerales importantes. Se aconseja tomar aportes extra (por supuesto bien asesorados). Algunos medicamentos reducen también la absorción de vitaminas y minerales, por lo cual ese aporte extra debe realizarse. Esas deficiencias nutricionales debilitan el sistema inmune, con lo que se prolonga el tiempo de sanación de las inflamaciones y úlceras.
Estrés
- Se debe evitar todo lo que se pueda el estrés, ya que el sistema nervioso está estrechamente ligado al funcionamiento de los órganos del cuerpo humano.
Omegas
- Aunque haya que evitar las grasas, el consumo de ácidos grasos omega-3 actúa reparando la mucosa digestiva. Son antiinflamatorios y muy necesarios para el mal de Crohn. También las vitaminas y antioxidantes ayudan a reparar el tracto intestinal y a la reparación de tejidos dañados.
Con esta enfermedad, la dieta y la salud están estrechamente ligadas. Cuando se descuida la dieta, reaparece la enfermedad de Crohn. Por ese motivo es por lo que se debe estar siempre alerta a cuidar la nutrición. Precisamente se trata de evitar son los nuevos brotes. La enfermedad se debe mantener lo más inactiva posible.
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