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L&S.- Existen ciertas pautas nutricionales que puedes seguir para cuidar tu estómago. En especial en época de navidad. Época en que que se come y se bebe en exceso. Todos estos consejos puedes adoptarlos durante las fiestas. Pero no sólo durante las fiestas navideñas; también de forma permanente, ya que te ayudarán a tener siempre buenas digestiones y a comer más ligero sin pasar hambre.
El tipo de alimentos, las combinaciones entre ellos, el momento del día y hasta el orden en el que los comes influyen en tu digestión. Sabiendo algunos pequeños trucos podrás ayudarte. No sólo conseguirás contrarrestar los efectos de las típicas comidas y celebraciones navideñas, sino seguir una dieta sana, ligera y respetuosa con tu estómago.
Como ya hemos dicho, el problema de las malas digestiones y las calorías extra en Navidad no sólo se debe al exceso sino a la mala combinación de alimentos. Con tantos aperitivos, canapés, entrantes, platos, postres y turrones dulces, es muy fácil mezclar alimentos que resultan demasiado pesados para ser digeridos todos juntos en el estómago. Por ello, es muy importante que diseñes bien tus menús navideños. Ten en cuenta estos consejos cuando te enfrentes a las cenas navideñas, comidas o celebraciones típicas de estas fechas:
Procura no mezclar demasiados hidratos de cabono con demasiadas proteínas. Juntos, estos dos tipos de alimentos le suponen un tremendo esfuerzo digestivo a tu estómago. Eso se traduce en pesadez, dolor abdominal, gases, ardores y demasiadas calorías.
Diseña menús de Navidad en los que predomine uno de los dos tipos de alimentos (proteínas y carbohidratos). Acompáñalos siempre con verduras frescas o cocinadas como entrante o primer plato. Lo normal es que en estas fiestas predominen los platos a base de proteínas: cordero, besugo, marisco, aves… No los acompañes de patatas, pasta o arroz sino de guarniciones verdes.
Aunque tu plato principal sean proteínas acompañadas de vegetales, si antes te hinchas de canapés estarás tomando muchos hidratos de carbono. Si los sumamos a las proteínas de después, te asegurarán una digestión pesada. Además de un montón de calorías extra. No renuncies a ellos pero procura tomar sólo un par o compensar después comiendo muy ligero.
No te pedimos que elimines totalmente de tus menús de fiestas navideñas los hidratos de carbono. Puedes tomar una pequeña ración. Pero en Navidad es fácil abusar del pan: en los canapés, con mantequilla, con patés, con la comida. Si sumas, te saldrá no sólo un exceso de hidratos sino, también de calorías.
Son la perdición de la línea en Navidad. Los citados canapés, frutos secos, salmón ahumado, embutidos, quesos… Todos ellos podrían constituir por sí solos una de las cenas navideñas o una comida altamente calórica. Imagínate sumarlos al menú principal: no hay estómago ni báscula inmune a esta sobrecarga alimenticia. Lo ideal es que los tomes como plato único, por ejemplo, en los típicos cócteles o celebraciones de trabajo. O limítate simplemente a probarlos o dejarlos para hacer un ligero tentempié a media mañana o como merienda.
Además del tipo de alimentos que combines en tus menús navideños, es importante que tengas en cuenta el orden en el que los tomas, ya que los nutrientes de cada alimento necesitan de una serie de enzimas para ser digeridos.
Lo ideal es comenzar cada comida con una ensalada a base de vegetales frescos que preparan el estómago y lo estimulan para recibir alimentos más pesados. La fruta fresca también es una buena opción para preparar a tu estómago para el proceso digestivo; si en las comidas o las cenas de Navidad no te apetece empezar con fruta, hazlo en el desayuno para comenzar el día con el estómago en buena forma.
En caso de mezclar en una misma comida hidratos y proteínas, es más digestivo consumir primero las proteínas y luego los hidratos de carbono. Ambos pueden ser acompañados por hortalizas frescas o cocinadas.
Tener en cuenta el mejor orden digestivo de los alimentos te ayudará a preparar menús de comidas navideñas más ligeros y sanos. Es fácil preparar una gran ensalada de primero o poner diferentes tipos de vegetales como entrantes (espárragos blancos, pimientos asados, escalibada, remolacha) y luego un plato principal a base de proteínas (carne, pescado, huevos…).
En Noche Buena, Navidad, Noche Vieja o Año Nuevo es fácil hacer varias comidas copiosas en el mismo día: procura entonces que una sea a base de hidratos de carbono (mejor al medio día) y otra a base de proteínas (por la noche).
¿Cuál es la respuesta nutricional a esta pregunta? A no ser que tengas un estómago fuerte, tomar la fruta después de comer hace más difícil el proceso digestivo debido a que la digestión de la fruta es muy corta y al tomarla al final pasa demasiado tiempo en tu tripa y fermenta.
Lo ideal, según los nutricionistas es tomarla entre horas o antes de comer, ya que las enzimas de la fruta preparan los jugos del estómago para digerir alimentos más pesados, como proteínas e hidratos de carbono. Frutas como la piña o la papaya son especialmente digestivas, pero aún así, te sentarán mejor antes de comer. Como postre lo más digestivo es tomar una infusión, un yogur (de soja si la lactosa te sienta mal), una manzana asada o compota de manzana sin azúcar añadido.
¿Quién puede resistirse a los dulces en Navidad cuando los tienes en todas partes desde que te levantas hasta que te acuestas? A ellos y al exceso de alcohol que se bebe en estos días se les deben los kilos de más que casi todo el mundo coge. Después de comer o cenar, los dulces son también los responsables de que las digestiones sean más pesadas y difíciles.
Por eso, lo primero es evitar la tentación. Prohibido poner la típica bandeja de turrones, polvorones, etc. Y si la tienes, escóndela y sácala sólo cuando vengan invitados. Procura que en la bandeja haya siempre algo ligero que puedas comer en caso de no poder resistir la tentación: frutos secos naturales, fruta fresca, chocolate negro… Unos cuantos frutos secos o una onza de chocolate negro no te supondrán muchas calorías y te aportarán nutrientes. Ya que es tan difícil resistirse a los dulces, hazte el propósito de tomarlos sólo entre horas, a modo de merienda, tentempié o incluso en el desayuno, cuando tienes todo el día por delante para quemarlos. Los días de Navidad, intenta también incrementar tu actividad fíisca para contrarrestar las calorías de más.
Una buena alternativa a los dulces de Navidad industriales es hacerlos en casa. Bizcochos, roscones, flanes, natillas, sorbetes… así podrás utilizar ingredientes sanos, nutritivos y mucho menos calóricos. Lo ideal es sustituir el azúcar blanco (que sólo aporta calorías), por azúcar integral, miel, azúcar moreno u otro azúcar más natural.
Cuidado también con las bebidas en estos días. Debido a las numerosas celebraciones, seguramente tomarás más cafés, refrescos y alcohol que de costumbre, todos ellos cargados de azúcares vacíos de nutrientes pero llenos de calorías. Procura apartar el azucarero y los sobrecitos de azúcar. Acostúmbrate al sabor real del café o endulza con stevia, con azúcar integral o miel, mucho más sanos. La bebida ideal en estos días son las infusiones, ya que te ayudarán a hacer la digestión, a eliminar toxinas, a quemar las grasas: poleo, manzanilla, hinojo, té verde, diente de león… pregunta en la farmacia o el herbolario.
Frente a una buena resaca, tanto de alcohol como de tabaco es importante hidratarse bien, recuperar vitaminas y eliminar toxinas. Lo ideal es pasarte el día siguiente a base de zumos naturales de frutas (el de tomate es ideal), fruta fresca (sobre todo de alto contenido en vitamina C, como las naranjas, fresas o kiwis), agua e infusiones depurativas. Para comer o cenar, caldo vegetal, yogures, queso fresco… y ¡nada de azúcar, tabaco o alcohol!
Aprovecha los días entre celebración y celebración de Navidad para depurarte. Simplificar tu dieta. Estimula con ello la depuración. Esta permitirá a tu organismo a deshacerse de lo que le sobra. Toxinas, exceso de grasas, de ácido úrico, exceso de peso y hasta de pesimismo. Limpiarte por dentro te hará estar más guapa o guapo por fuera. Es una de las mejores terapias antienvejecimiento. Además, permitirá descansar a tu estómago, hígado y riñones.
Para depurarte puedes pasarte un día a base de zumos naturales, caldos desgrasados o fruta (las uvas y las fresas son ideales). Durante este tiempo debes evitar el café, la leche (sólo yogures o kéfir) y el azúcar (sólo stevia, miel ocelebraciones navideñas). Si puedes, evita también el tabaco.
Te proponemos un modelo de dieta que puedes seguir durante la semana siguiente a la Navidad o fiestas navideñas para limpiarte y eliminar los kilos de más:
A media mañana: zumo natural o una pieza de fruta. Una infusión depurativa (diente de león, hojas de alcachofa, ortiga…).
Comida. Ensalada variada aliñada con aceite de oliva virgen; arroz integral o patatas al horno; yogur; kéfir o compota de manzana de postre enduluzados con miel o sirope de savia o stevia.
Merienda. Zumo de de hortalizas frescas o frutas. Además, una infusión de tomillo o manzanilla.
Cena. Verduras al vapor; al horno o cocidas. Requesón,; queso tierno o frutos secos (almendras, nueces, avellanas, piñones).
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