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L&S.- Según el Whasington Post la población de Estados Unidos actualmente ingiere 126 gr de azúcar al día. Se corresponden a 32 cucharaditas. Eso es evidentemente mucho azúcar. Al año vienen a ser 11.680 cucharaditas; o lo que es lo mismo: casi 5 kg de azúcar (45.990 gr). En el resto del mundo desarrollado no es muy diferente. Estas son cifras de 2015 y van en aumento. Seguramente hoy serían más altas. Lo realmente inquietante es que la mayoría de ese azúcar se toma en sus formas procesadas. Por ejemplo como jarabe de maíz y fructosa. Son endulzantes más económicos y un 20% más dulce que el azúcar común. Eso permite a los fabricantes un ahorro en materia prima. Dicho de otro modo: mayores beneficios.
Es realmente alarmante. Este elemento no sólo está contenido en los azucareros o sobres que vemos en la mesa. Está presente en muchísimos alimentos que comemos a diario.
Por desgracia son muchos. Eso, más las frutas, más el que utilizamos para endulzar el café y otros alimentos, acaban siendo mucho azúcar. Casi todos los alimentos precocinados o procesados la llevan. También el pan, las carnes, nuestros salsas preferidas, etc.
Según SugarScience.org, el 74 % de los alimentos procesados contienen mucho azúcar añadido. La cual se encuentra sigilosamente escondida bajo más de 60 nombres diferentes.
Es importante conocer este hecho. Comer mucho azúcar tiene efectos adversos para nuestra salud. Es realmente perjudicial. El cuerpo humano no está diseñado para consumir tanto como le damos.
Según el Dr Robert Lustig, Profesor de Pediatría de la División de Endocrinología de la Universidad de California San Francisco (UCSF); también experto en el metabolismo del azúcar y pionero en la decodificación del metabolismo del azúcar; nos dice lo que hay respecto a consumir demasiada. Él habla sin tapujos durante la conferencia magistral «La Pandemia del Azúcar: El desencuentro de la política pública con la política».
Esta conferencia fue convocada por la Alianza por la Salud Alimentaria el 15 de octubre de 2013, en la Ciudad de México. Veamos el video en español .
Aunque el azúcar se antoje un alimento amable y delicioso, realmente no lo es. Según Dr. Robert Lustig es un alimento tóxico, adictivo y mortal. Dice:
«En mi opinión, el azúcar es una de las sustancias más perjudiciales que podría consumir – Lo que es aterrador es que es sumamente abundante en nuestra alimentación cotidiana. Esta intensa adicción al azúcar se ha desenfrenado. No soólo en los adultos, sino también en los niños».
El neuroendocrinólogo nos habla de que nuestra nutrición, actualmente es «tóxica». Entre otras cosas, por su alto contenido en azúcar y escasa fibra. Dice también , que de la única manera que la sociedad desarrollada podría revertir esta situación, sería revolucionando todo el sistema alimentario. Esto es lo mismo que darle la vuelta: consumir menos azúcares y más fibra. Sería algo así como: comer «alimentos reales» y ancestrales.
Cuándo se habla del azúcar, no solo es en referencia al azúcar blanco. Este alimento toma diferentes formas: azúcar
Según Lustig, el cuerpo metaboliza de manera segura alrededor de 6 cucharaditas al día. Pero advierte que a nivel mundial consumimos mucho azúcar. Y en los últimos 50 años se ha triplicado. Esto resulta en una amenaza para la salud de toda una generación. Todavía no se ha sopesado el gran gasto que produce a la Salud Pública este hecho. Según él, llegará un momento en que las autoridades tengan que intervenir y reciba el mismo trato que el alcohol por sus consecuencias.
Dado que la casi todo el azúcar se metaboliza como grasa corporal, es un elemento que da origen a la mayoría de patologías metabólicas crónicas que se padecen en la actualidad.
Es un elemento que ‹engaña› al metabolismo afectando a la actividad de la insulina y la leptina. Produce mensajes erróneos. Como consecuencia, el organismo desactiva el sistema de control del apetito y no estimula la acción de la insulina. Tampoco es capaz de suprimir la hormona del apetito denominada grelina. Esto ocasiona que la leptina u hormona de la saciedad, no sea estimulada. El resultado es un mayor consumo de alimentos. Sobre todo de hidratos de carbono. Y lo peor: se desarrolla resistencia a la insulina.
Como hemos dicho, los efectos adversos del azúcar son comparables con el alcohol. Todo lo que ingerimos pasa necesariamente por el hígado. Órgano transportador. Si tomamos mucho azúcar, el hígado se sobrecarga, poniéndolo en mayor riesgo de enfermedades.
El hígado metaboliza de igual manera el alcohol y el azúcar. Los dos son sustratos que ayudan a convertir los carbohidratos en grasas. Este hecho produce la llamada resistencia a la insulina, el hígado graso y la dislipidemia o exceso de grasa en la sangre.
Cuándo el ácido úrico está en niveles elevados, presenta un riesgo renal y cardíaco. La conexión entre el azúcar, el ácido úrico y el síndrome metabólico es indiscutible. El ácido úrico no debe pasar nunca de 5,5 mg/dl. Si es superior a estas medidas, su salud corre riesgo.
Ingerir mucho azúcar desata una avalancha de síntomas. Se les conoce como ‹Síndrome Metabólico Clásico›. Estos síntomas incluyen:
El azúcar es necesario para el cuerpo. Pero en su forma natural y con moderación. De hecho, no podríamos vivir sin ella. Lo que hay que vigilar es el consumir mucho azúcar en sus formas no naturales. Para ello tenemos que limitar el consumo de alimentos procesados y bebidas. Por ejemplo zumos naturales envasados, gaseosas, isotónicas, energéticas, etc. También los carbohidratos refinados. Por ejemplo harinas, cereales y granos. Estos al descomponerse en elementos simples se transforman en azúcar. Con ello también se llega a provocar resistencia a la insulina.
El Dr. Lustig recomienda mantener un consumo total de azúcares inferior a 25 gr al día. En estos, se incluyen también las frutas enteras. Estas, aunque ricas en vitaminas, antioxidantes y otros micronutrientes, contienen fructosa natural. En cantidades grandes también podrían empeorar la sensibilidad a la insulina y elevar el ácido úrico.
No piense que la cosa se soluciona con edulcorantes artificiales. Estos si bien no aportan calorías, deben evitarse por completo. La sucralosa, el aspartame, y otros, causan otros problemas en la salud que son, si cabe, peores que los que causarían el azúcar, la fructosa o el jarabe de maíz.
Aumente el consumo de grasas saludables. Monoinsaturadas, saturadas y omega-3. Aceite de oliva virgen, aceite de coco, frutos secos crudos, nueces de macadamia, etc. Además de huevos de gallina de campo, salmón salvaje, etc.
Tomar mucha agua. Cambie todas las bebidas azucaradas o light, zumos, etc. por agua pura. Sólo eso ya sería de gran ayuda para su salud.
En el color de su orina podrá ver el requerimiento que tiene su cuerpo de agua. Debe ser de color amarillo pálido. También la frecuencia al orinar importa. Las visitas al lavabo deben ser entre 7 y 8 veces al día.
Comer alimentos fermentados. Las bacterias presentes en estos alimentos apoyan a la digestión. Son de gran ayuda para la desintoxicación. Disminuirá la carga de azúcar en el hígado. Entre las mejores opciones está el kéfir o incluso una suplementación de probióticos de calidad.
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