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L&S.- Cuándo vemos las bonitas lámparas de sal rosada del Himalaya, no sabemos bien de qué están hechas. Pues bien, realmente están talladas de trozos de sal de minas. Esa sal, aunque a muchos metros sobre el nivel del mar, tienen su origen en las aguas del mar. Sabemos por los fósiles encontrados que hubo un tiempo en que los mares cubrían las montañas y posteriormente se retiraron. Dejaron tras de sí fósiles y restos marinos. La sal de los mares todavía se encuentran en lugares tan altos como por ejemplo el Himalaya y Los Andes. La sal de los mares se cristalizó en las alturas y se acumuló en yacimientos dando origen a la valorada sal de gema o sal rosada del Himalaya. Su composición orgánica es extremadamente rica y manifiesta una capacidad energética curativa extraordinaria. Bien podemos decir que es un legado primitivo de extraordinario valor.
La cristalina sal del Himalaya se caracteriza por una impresionante pureza y contenidos. Al ser mezclada con agua, resulta en una fuente de energía curativa. Es el suero energético de vida más completo que se conoce. De hecho, no hay otro alimento más puro en la tierra.
Se obtiene de manera totalmente diferente a la extracción de la sal rosada del Himalaya. La sal común o la que todos conocemos es obtenida por el secado del agua de mar. El secado es el método más antiguo. Este reproduce el mismo proceso que la naturaleza llevaría a cabo en condiciones normales. Así es como se producen más de 50 millones de toneladas de sal en las salinas de todo el mundo.
El proceso se lleva a cabo a la orilla del mar. En las áreas llanas. Primeramente se forman como mínimo tres cuencas comunicadas por canales que pueden ser bloqueados. Luego se deja entrar el agua marina en la primera cuenca. Forma una concentración muy alta de sal en agua provocada por una alta evaporación. Posteriormente la solución salina pasa a la segunda cuenca más pequeña. La evaporación continúa y el proceso se repite sucesivamente hasta que por último pasa a la última cuenca. Ahí es donde finalmente cristaliza la sal y se amontona en grandes montañas artificiales .
Hasta ahí sigue siendo sal completa o integral. Después de eso se procesa para conseguir un secado, que la deje suelta y de fácil uso. Lo cierto es que en ese proceso la sal marina es despojada de todos los minerales. Se dejan solamente dos: sodio y cloro. El resultado es un cloruro de sodio sin más nutrientes. A partir de ahí, llega a nuestra cocina y posterior consumo. Pero lejos de ser un producto beneficioso la sal refinada o sal común, se convierte además, en un enemigo de la buena salud. El cloruro de sodio es altamente perjudicial.
La sal ancestral que se encuentra en las minas de sal del Himalaya conserva todavía su estructura primitiva. Esta difiere en gran manera de la sal refinada o sal de mesa que todos conocemos. La sal rosada del Himalaya es una sal fosilizada. Se ha guardado durante milenios bajo la gran presión de las montañas Himalayas. Estas son montañas que contienen yacimientos con una cantidad inusual de sal cristalizada y pura. Es de color rojo anaranjado. Comúnmente se la denomina «sal rosada del Himalaya». La sal del Himalaya es una de las sales más ricas y especiales en cuánto a energía que se conocen hasta el momento.
Nuestro organismo está basado en un equilibrio entre las sales y los diferentes flujos. Es por eso que desde hace muchos siglos se utiliza la sal para recuperar la salud. Es buena para la digestión y además evita la putrefacción. Se recomienda la sal del Himalaya 100% natural sobre todo a las personas débiles. Preferiblemente en invierno para quienes viven en zonas frías.
Para los baños de sal utilice sal del Himalaya con cristales gruesos puros. La concentración debe ser del 1% pudiendo llegar al 8%. En los casos graves de psoriasis, por ejemplo, se puede llegar hasta el 12% de concentración.
El baño con sal del Himalaya debe tomarse durante 10 – 20 minutos y nunca pasar de ese tiempo. El agua no debe pasar de 38º C y se deben tomar dos veces a la semana. Una vez pasados los veinte minutos, se debe salir de la bañera y envolverse bien en una toalla. Reposar una hora bien envuelto sobre la cama. Después de pasada la hora, ducharse para retirar la grasa y la sal del cuerpo.
Son baños muy recomendables para tratar dolencias de la piel, reúma, enfermedades articulares y musculares y para relajar, refrescar y renovar energía.
Para lavados de nariz, garganta u ojos se usa una solución isotónica al 0,9%. Para conseguirlo, se disuelven 9 gr de sal del Himalaya en un litro de agua tibia. Es muy bueno hacer gárgaras con la solución. Humedece las mucosas, eliminando bacterias y células muertas.
Lavados oculares con sal del Himalaya se hacen utilizando un recipiente llamado bañera ocular. Se introduce el ojo limpio de impurezas. Se inclina la cabeza hacia atrás, moviendo con rapidez las pestañas a fin de que el agua entre en todo el ojo.
Se pone sal del Himalaya en un recipiente con agua hirviendo. Se inhalan los vapores colocándose sobre el recipiente y cubriendo la cabeza con una toalla.
La sal del Himalaya molida fina se usa para condimentar comidas y alimentos. Es igual en sabor a la sal común, pero sin sus contraindicaciones.
Para elaborarla una solución de agua y sal es mejor hacerla con sal en trozos. Se colocan trozos grandes de sal del Himalaya en un tarro de vidrio con agua pura baja en minerales. El agua estará saturada cuando ya no se disuelvan más los trozos de sal. Alcanza una concentración del 26% más o menos tras 24 horas. La saturación hace que llegue un momento en el que ya no se disuelva más cantidad de sal porque el agua está saturada totalmente.
Cuando se encuentre preparada, se toma cada mañana en ayunas una o dos cucharadas de postre de esta solución disueltas en un vaso de agua mineral. Se debe usar siempre una cuchara de plástico, madera, o cristal. También se puede disolver en una botella de agua y beberla a lo largo del día.
La cura de solución de sal del Himalaya se puede tomar sin restricciones de tiempo. Es preventiva. También se usa como apoyo de otras terapias.
Con la sal del Himalaya se purga el tejido conjuntivo eliminándose materias tóxicas. Se produce un cambio en el estado de ánimo y se estimulan las defensas del organismo.
Las lámparas de sal del Himalaya son ionizadores naturales que otorgan una luz cálida y relajante. Resultan en una fuente de luz muy confortable. Estas lámparas de sal afectan de forma positiva a nuestra salud física y mental. No sólo por su belleza, sino porque ionizan de forma correcta el aire que respiramos.
La sal con la que se fabrican las lámparas de sal del Himalaya contiene casi todos los oligoelementos de los cuales depende la vida. Equilibran el exceso de iones positivos perjudiciales para la salud. Son de hecho, ionizadores naturales. Absorben el exceso de ondas electromagnéticas, o electro polución emitidas, por enchufes, radios, televisores, ordenadores, etc.
Lámparas de sal del Himalaya no son instrumentos médicos. Tampoco son reconocidas científicamente. Sin embargo, mediante emisión de iones negativos por calor y luz, está demostrada su acción. Mejoran procesos asmáticos, problemas de sinusitis, alergias, fiebre, migrañas o dolores de cabeza, etc. De hecho, con las lámparas de sal rosada del Himalaya se puede crear ambiente en cualquier lugar. Sobretodo es interesante utilizarlas en lugares cargados de ondas electromagnéticas. Estas se generan por aparatos eléctricos en presencia de hormigón: dormitorios, salón y oficinas. Su hermosa luz favorece la creatividad y la concentración.
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Quisiera conseguir una lámpara de sal del himalaya paro de 90 cm como mínimo de alta y no la encuentro , me podríais decir donde la puedo conseguir
Sal gema o Sal rosada del Himalaya
Miren este articulo es muy interesante.