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L&S.- Cada vez es más común ver un desfibrilador en lugares de mucha afluencia de público. Es imprescindible en lugares dónde esté lejos la asistencia o muy concurridos. Son de hecho vitales los primeros auxilios en caso de parada cardiorespiratoria. Cuándo los vemos no podemos dejar de preguntarnos: ¿qué haríamos en caso de que fuera necesario usarlo?, ¿cómo reconocer cuándo se necesitaría el dispositivo?, ¿estaría yo a la altura de las circunstancias? …y es lógico preguntarlo, porque si hubiera que utilizarlo, es la vida de una persona la que está en juego.
En todas partes existen proyectos apoyados por cardiólogos para fomentar que se instalen en lugares de mucha afluencia de público. Casinos, aeropuertos, colegios, universidades, instalaciones deportivas, universidades, clubes deportivos, asociaciones, cruceros, centros comerciales, etc. Pero por desgracia, todavía hay mucho por hacer.
En España fallecen al año unas 30.000 personas por paradas cardiorrespiratorias. La muerte súbita causada por la fibrilación ventricular es la causa que suma más fallecimientos. Muchas de esas muertes podrían haberse evitado si alguien hubiera socorrido a la víctima en los primeros minutos del accidente. El uso de un desfibrilador automático (DEA) o semiautomático (DESA) hace que sea posible una recuperación de la parada cardíaca en un 70% de los casos.
El tiempo de reacción debe ser mínimo. Esto es muy importante. Se estima que los primeros cinco minutos son los que establecen la diferencia entre vivir o morir. Cada minuto que pasa tras la parada, se pierde un 10% de posibilidades de supervivencia. Como ejemplo, diremos que si durante una carrera alguien cayera al suelo y se le colocara de inmediato el desfibrilador, sus posibilidades de supervivencia se elevarían a un 90%. Si lo hiciéramos a partir de los 6 minutos, las posibilidades son mucho menores y las secuelas posteriores serían importantes. Pero si se llama a Emergencias y esperamos a que lleguen sin hacer nada, lo más probable es que no haya nada que hacer cuándo lleguen.
El factor tiempo juega en contra de la vida en estos casos. Según estudios publicados por American Heart Association, pasados los primeros 10 minutos deja de haber esperanza de respuesta cardíaca.
La desfibrilación realmente es la estimulación cardíaca mediante el desfibrilador. Este emite impulsos de corriente continua al corazón, consiguiendo con ello que las todas las células miocárdicas reaccionen y retomen su ritmo. Es un dispositivo sanitario portátil diseñado para diagnosticar y tratar una parada cardiorrespiratoria debida a una fibrilación ventricular (el corazón deja de bombear por falta de latidos).
Nada tienen que ver con las grandes palas que se ven en las películas de hospitales. Esos son desfibriladores-cardioreversores convencionales. Son de uso exclusivamente sanitario. En el caso de un desfibrilador externo, puede ser utilizado por cualquier persona responsable con conocimientos de RCP. Serían los primeros auxilios hasta que los servicios de Emergencia lleguen. (Vea Reanimación cardiorrespiratoria).
Dado que cualquier persona y en cualquier lugar y momento puede sufrir una parada cardíaca. Las causas son diversas y no atienden a edad
Cuando esto ocurre, antes de que el corazón se detenga totalmente, primero fibrila o mejor dicho, produce pequeñas descargas irregulares (vibraciones) sin la fuerza suficiente como para bombear. Es entonces cuando la persona cae al suelo sin respiración.
El desfibrilador externo devuelve el ritmo cardiaco en la mayoría de los casos aunque hay que tener muy en cuenta que si la parada cardiorrespiratoria se produce con asistolia, el desfibrilador sería totalmente ineficaz, pues el corazón no posee actividad eléctrica y por tanto, no se restablecerán los latidos y no se va a conseguir que bombee sangre.
Aquí es dónde hay que perder el miedo a utilizarlo, porque para eso están. Son equipos avanzados ideados para uso no sanitario. Son de uso muy sencillo. Hasta un niño podría utilizar uno en un momento determinado. Basta con encender el dispositivo y el propio desfibrilador irá indicando por voz o por texto qué pasos debemos dar.
Primero testea el corazón del paciente. Si existe actividad y por tanto fibrila, aconsejará la descarga. Si es que si, actúa soltando una descarga dirigida a través de los electrodos colocados siguiendo indicaciones de la máquina, para que el corazón reinicie sus latidos de forma normal. Pero tendremos que asegurarnos de que la persona no está sobre agua y que no hay nadie tocando el cuerpo de la víctima y sólo entonces presionar el botón de descarga.
Tras la descarga, nos indicará que volvamos a la RCP (Reanimación CardioPulmonar) en 30:2 y volverá a testear el corazón. Si es necesario, seguirá recomendando una descarga en caso de que fibrile. Si no lo hace, no lo va a permitir.
En ningún caso un desfibrilador emitirá una descarga si detecta que el corazón no está fibrilando. Son dispositivos inteligentes de ayuda a inexpertos para que salve vidas, no para que las comprometa. No harán daño a la víctima.
Recuerde que todo debe ser muy rápido. Es una urgencia en la que el tiempo corre en contra de la persona.
Por normativa europea, debe haber a disposición de las personas en zonas comunes de hospitales, centros deportivos, grandes áreas comerciales y aeropuertos. Sobre el resto de lugares de conveniente ubicación, cada país tiene sus propias normativas.
En la actualidad, la normativa española al respecto es difusa. Es por el Real Decreto 365-2009 el cuál traspasa a cada Comunidad Autónoma la decisión de instalar o no desfibriladores y dónde. Hay Comunidades Autónomas que simplemente no tienen ni un solo dispositivo instalado.
Como dato diremos que la Liga Nacional de Fútbol Profesional Española (de 1ª y 2ª división) obliga a los estadios de fútbol a tener dispositivos para desfibrilación en los campos de fútbol. Obligación impuesta desde que el futbolista Antonio Puerta falleció en 2007 de síndrome de muerte súbita. Es gracias a eso que en Salamanca se pudo salvar la vida de Miguel García Tébar cuándo en el año 2010 sufrió un paro durante un partido. Es en esa línea en la que están avanzando todos los países de Europa.
En el resto de países de la UE, los más avanzados en ese aspecto son Alemania, Inglaterra, Francia y Holanda que tienen leyes que rigen la implantación de desfibriladores con el fin de aminorar el porcentaje de muertes minimizando el tiempo de asistencia para las víctimas.
Es sólo lógico que estos aparatos deben ser desmitificados por las personas comunes, ya que serán las que estén junto a la víctima antes de recibir la asistencia de los servicios de Emergencia. Por lo que desde Lineaysalud, queremos aportar un granito de arena en concienciar a los lectores a saber utilizar las herramientas que pueda haber a nuestro alcance. Podemos ser la única ayuda que haya durante los primeros minutos vitales.
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Puede bajar la aplicación de localizador de fibriladores aquí
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