¿De qué se hacen las cápsulas de gelatina?
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L&S.- Las cápsulas de gelatina son una inteligente manera de contener productos de sabor desagradable. Son vehículos que ayudan a enviar un fármaco o un principio activo al sistema digestivo. Se disuelven rápidamente y no causan inconvenientes gástricos. Una cápsula es ni más ni menos que un contenedor que recubre el sabor del producto que se va a ingerir. Porque no nos engañemos. Todo esto se inventa porque el problema real de un medicamento es el sabor. Al encapsular, ese problema se termina.
Existen dos tipos de cápsulas de gelatina:
- Dura o capuchones. En ellas se puede envasar cualquier tipo de principio activo o formulación en polvo.
- Blanda. Son las denominadas perlas. Se destinan a envasar formulaciones en estado líquido. Habitualmente emulsiones oleaginosas. Primeramente porque con ellas se consigue un sellado perfecto y en segundo lugar, porque mantienen alejado del aire el aceite en el que está el principio activo.
Un encapsulado común se elabora con gelatina. La gelatina es una sustancia de origen animal formada por proteínas. Se extrae de pieles, huesos y otros tejidos animales mediante tratamiento con álcalis o con ácidos. Son fáciles de disolver en el estómago y de ser digeridas. En el comercio se pueden encontrar preparadas con colorantes y potenciadores de sabor.
También se hacen de gelatina de pescado
Hoy en día muchas personas siguen un estilo de vida saludable y natural. Quieren productos que reflejen sus intereses y valores. Los suplementos de origen marino fabricados a partir de recursos renovables están de moda. Son cada día más demandados. Ahora existen cápsulas de gelatina de pescado. Así se contenta a todo el mundo. Este tipo de cápsulas se elaboran con proteínas de alta calidad. Generalmente provienen de peces de piscifactorías. Es una proteína altamente concentrada.
Existen cápsulas y perlas de todos los colores, tamaños e incluso sabores. En las últimas décadas la tendencia ha ido cambiando hacia lo vegetal. La exigencia del consumidor del mundo es diferente al de hace un par de décadas. Ahora hay otras alternativas debido al rechazo de los productos de origen animal. Han proliferado filosofías de vida como la vegana y formas de alimentación vegetarianas. También los consumidores han evolucionado. Tienen un mayor conocimiento de lo que consumen. Con todo ello se ha creado una corriente cultural en torno a lo saludable y como consecuencia, ahora muchos consumidores rechazan las cápsulas de gelatina animal.
De origen vegetal
Sea por motivos religiosos o éticos como por ejemplo con los productos alimentarios con certificado Kosher o certificado Halal; o simplemente por evitar los productos considerados no aceptables. El asunto es que la producción de encapsulado con cápsulas de celulosa está siendo un éxito. Son hechas con materia prima totalmente vegetal, como por ejemplo maíz, tapioca, patata, etc. Cápsulas perfectas para formulaciones secas. Y sobretodo muy aptas principalmente para principios activos vegetales; como en fitoterapia.
Fue también un gran reto conseguir cápsulas blandas. Las llamadas perlas. Cápsulas cuyo contenido es líquido. Resultaba demasiado complicado conseguir la estabilidad química de la cápsula cuándo entraba en contacto con las sustancias contenidas dentro. Eso hoy también está solucionado. De hecho, cada día se perfeccionan más. Incluso se fabrican cápsulas blandas con materiales totalmente vegetales.
Cápsulas vegetales vs comprimidos
No cabe duda que las cápsulas son un contenedor perfecto. Una vez introducido el activo en el estómago, esta se deshace al contacto con los jugos gástricos en muy pocos minutos. Liberan el producto que llevan dentro sin dejar residuos. Por el contrario, los principios activos elaborados en comprimidos son menos ágiles. Se les añaden muchos ingredientes «inactivos». Por ejemplo, aglutinantes, rellenos agentes de carga, etc. Incluso algunos comprimidos incorporan recubrimientos químicos y azúcares para facilitar su ingestión o para enmascarar la rugosidad y el mal sabor. Eso hace primeramente que el comprimido o pastilla se digiera peor y además, que deje residuos tóxicos e incluso entorpezcan la digestión.