Corticoides – ¿Qué son y cómo afectan al cuerpo?

Corticoides (corticosteroides) naturales y sintéticos

L&S.- Dado que cada vez hay más cantidad de personas alérgicas y con enfermedades autoinmunes (entre otras); y que la medicina es capaz de afinar más y más para ofrecer resultados; el uso de corticoides sintéticos está siendo omnipresente en muchas de las fórmulas farmacéuticas de pomadas; ungüentos o comprimidos para una multitud de tratamientos. Pero realmente, ¿sabemos qué son y cuáles pueden ser sus efectos secundarios?

Los corticoides naturales de nuestro cuerpo

Sin ánimo de entrar en demasiados y complejos detalles; y tratando de simplificar algo tan complejo por su propia naturaleza; diremos que los llamados corticosteroides o corticoides  (cortisona y cortisol) son un grupo de hormonas esteroides (con origen lipídico). Son producidas de forma natural por el cuerpo en las glándulas suprarrenales (glándulas ubicadas justo encima de cada uno de los riñones). Las funciones de dichos corticoides son controladas por la glándula pituitaria o hipófisis; la cual a su vez depende del hipotálamo que hace de «puente» entre el sistema nervioso y el endocrino.

La hipófisis es la glándula encargada de regular la cantidad de hormonas esenciales para el buen funcionamiento del cuerpo. Hormonas como la adrenocorticotropa (ACTH); que es la que estimula la corteza suprarrenal para la producción de las hormonas esteroides.

Funciones del cortisol y la acortisona naturales

La actividad específica en el cuerpo del cortisol y de la cortisona son diferentes; pero ambas tienen funciones comunes en nuestro organismo:

• Ambas son segregadas con el fin de controlar situaciones de emergencia. Intervienen en la capacidad de reacción de nuestro cuerpo en una situación de crisis o de peligro; y al igual que ocurre con la adrenalina, la cortisona y el cortisol son hormonas imprescindibles en el resultado del control de las situaciones; tanto desde el punto de vista psíquico, como físico.
• Trabajan en el metabolismo de las proteínas, los hidratos de carbono y las grasas a fin de conseguir energía «extra» en momentos de urgencia.
• Tanto el cortisol como la cortisona regulan el equilibrio entre el agua y los electrolitos en el cuerpo.
• Ambas tienen efectos antiinflamatorios.
• Ambas elevan los niveles de azúcar en la sangre inhibiendo la secreción de insulina. Si una situación de urgencia se convirtiera en crónica, como lo es el estrés, esto podría dar lugar a una diabetes.
• Ambas hormonas son supresoras de la actividad del sistema inmune. Son diametralmente opuestas a la cantidad de leucocitos protectores del cuerpo. En situaciones de urgencia prolongada como lo es el estrés; se produce una bajada de defensas. Es porque  cuerpo utiliza la energía que gastaría el sistema inmune en atender la necesidad inmediata.
• El cortisol y la cortisona son hormonas que intervienen en otros muchos procesos fisiológicos; como puede ser la presión sanguínea, la fertilidad, etc.

Corticoides químico como tratamiento – Pros y contras

Hay momentos en que la administración de cortisona o de cualquier corticoide como tratamiento de urgencia pudieran ser cuestión de vida o muerte; puesto que en problemas en los que se presenta una crisis inflamatoria severa estos pueden llegar a salvar la vida. Pero lo cierto es que los corticoides son medicamentos peligrosos con muchos efectos secundarios adversos como consecuencia de su administración; por lo que solamente se debería recurrir a ellos en los casos de necesidad extrema; como lo son las crisis agudas. Además, el tratamiento debe ser muy controlado y en un corto espacio de tiempo.

Con esto hay que ser cautos. Hoy en día, entre los fármacos de uso común, los corticoides están siendo ampliamente utilizados. Se incluyen en fórmulas de pomadas y de comprimidos para tratar afecciones comunes como pueden ser la psoriasis; la congestión nasal provocada por sinusitis; el asma; para prevenir que sucedan rechazos en órganos transplantados; tratamientos faciales con láser; las enfermedades autoinmunes como la rosácea; el vitíligo; las eczemas; el lupus; enfermedad de Addison; el esclerosis múltiple;  y un largo etcétera. Los corticoides sintéticos contenidos en fórmulas reciben nombres como dexametasona; prednisolona; hidrocortisona o metilprednisolona.

¿Pero los corticoides curan o son paliativos?

Lo cierto es que no curan. Trabajan neutralizando los síntomas y molestias que causa la patología en sí mismo. Tal como hemos dicho, los síntomas que hoy en día se tratan con corticoides van desde leves y moderados, hasta graves y mortales. Esa es la cuestión que hay que valorar; porque el cuerpo ya cuenta con mecanismos de alivio o de autocuración para casi cualquier enfermedad. Nuestro sistema inmune es muy sofisticado y potente. Eso sí… si se le permite actuar.

Efecto rebote con el uso de los corticoides

Generalmente cuándo al cuerpo le administramos antibióticos o corticoides para tratar una dolencia que no reviste una gravedad que lo requiera; lo que hacemos es «tapar» los síntomas y desequilibrar al sistema defensivo natural del cuerpo.

El sistema inmune debe ser muy cuidado y hasta mimado. La prevención siempre es mejor que administrar fármacos; y en la naturaleza hay antiinflamatorios naturales magníficos para casos leves o moderados muy eficaces como alternativa a los fármacos químicos como los corticoides en general; y pueden ayudarnos sin los tremendos efectos secundarios de estas hormonas sintéticas.

Algo que deberíamos tener muy en cuenta también, es que los corticoides sintéticos como la cortisona y otros causan problemas por su uso y también por el abandono de su uso. Es lo que podríamos llamar «efecto rebote». Además; tenemos que tener presente que emulan a hormonas que realizan procesos vitales en el organismo y que influyen en otras hormonas con las que funcionan en equilibrio. Al introducirlas en el cuerpo de forma artificial, el equilibrio hormonal natural puede romperse; y cuándo se rompe, podría pasar cualquier cosa en la bioquímica del cuerpo.

Cómo proceder para dejar de tomarlos

El trabajo del sistema hormonal es muy preciso, complejo y sobre todo extremadamente muy delicado. Existen muchísimos estudios acerca de ello; pero aun así, hay procesos que no se conocen. Pero lo que sí se sabe con certeza, es que cuándo se produce un desequilibrio por exceso o por defecto de una hormona, la armonía del cuerpo se ve rota; produciéndose trastornos a veces severos. Y difícilmente se recupera la salud después.

Cuándo se administran corticoides sintéticos, el cuerpo en un afán de mantener el equilibrio, deja de producirlo. Ese es el motivo por el que los corticoides no pueden dejarse de repente; sino poco a poco para que el cuerpo no se encuentre sin ellos, lo cual tendría consecuencias impredecibles. Hay que añadir que aun siguiendo las indicaciones del médico a la hora de dejar el uso de los corticoides  -dependiendo del estado general del paciente- se producirán serios efectos secundarios.

No se puede saber cuáles son las necesidades del cuerpo de cada individuo en corticoides en cada momento determinado; por lo que lo normal es que se sobrepase o no se administre la cantidad necesaria. No existe ningún médico o industria farmacéutica capaz de predecirlo. Por supuesto, eso va a añadir un desequilibrio y como no, una enfermedad añadida.

El cuerpo produce las hormonas corticoides de manera natural y si se administran de origen sintético, podemos romper su equilibrio

Una práctica médica muy común es recetar corticoides para problemas como puede ser la dermatitis en un bebé. Con lo que hemos expuesto anteriormente, está demás mencionar los posibles riesgos que va a suponer esto para el niño. Lógicamente en problemas graves, el uso de corticoides sintéticos como tratamiento está totalmente justificado. No así en problemas leves. En el caso mencionado, por administrar corticoides a un bebé con dermatitis puede originarle una enfermedad autoinmune; alergias o asma; además de problemas de crecimiento, etc…  todos derivados del uso de corticoides administrados para alivio de picores; inflamación y molestias que son leves y que continuarán después; porque como ya sabemos, estos fármacos no curan. Son paliativos.

Efectos secundarios de los corticoides

Algunos de esos efectos secundarios que puedan provocar los corticoides contamos:

• Resistencia a la insulina o diabetes mellitus
• Osteoporosis y otros problemas óseos
• Desequilibrios neurológicos como ansiedad o depresión
• Problemas gastrointestinales
• Tensión alta
• Accidentes cerebrales (ictus)
• Disfunciones eréctiles
• Desórdenes en las funciones tiroideas
• Úlceras digestivas
• Accidentes vasculares (trombosis)
• Sobrepeso o hinchazón
• Problemas en la regularidad de la menstruación
• Problemas de retina y oculares
• Etc.

Conclusiones:

Es importante (e insistimos en ello) que es nuestra la responsabilidad de cuidar la salud de nuestro cuerpo. El equilibrio hormonal es parte de la integridad de nuestra salud.

Podemos evitar  los efectos secundarios recurriendo a muchas terapias alternativas que van a ayudarnos sin necesidad de acudir a corticoides. También debemos confiar en nuestro cuerpo y en el poder de auto reparación y auto sanación que éste tiene; y ayudarle fortaleciéndolo con nutrición y las excelentes plantas que la naturaleza nos da como medicina. Por supuesto descontando los casos graves en los que sí está totalmente justificado su uso. Casos – como  hemos dicho- de crisis agudas; ciertas intervenciones quirúrgicas; déficit de hormonas, etc. Pero en casos de articulaciones inflamadas; congestiones nasales; dolores musculares; dermatitis moderada o leve, etc. se deberían evitar los corticoides como alternativa por sus graves consecuencias.

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