¿Qué es la tanorexia?
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L&S.- La Tanorexia es el nombre dado a una adicción poco conocida. Se trata de la adicción a estar bronceado. Es padecida por personas que nunca se sienten satisfechas con el tono de bronceado normal. Ellos están dispuestos a sufrir quemaduras en la piel con tal de seguir aumentando su tono. Es un problema adictivo que tiene nombre y vamos a conocerlo. Identificaremos a muchos famosos tanoréxicos o con adicción al bronceado.
De la tanofobia a la tanorexia a través de los años
El ser humano siempre ha sido víctima de las modas. En la antigüedad, una piel blanca era signo físico de status social. En las culturas europeas griegas y romanas ya utilizaban como maquillaje harina de arroz o habas, tiza, yeso, etc. para blanquearse. Moda que fue potenciándose o suavizándose a través de los años.
En el siglo XVII el look de moda era lucir fragilidad. Parecer enfermos era lo más «cool» de esa época. Ser blanco, era sinónimo de ser rico. Seguramente, en aquella etapa de la historia surgió la adicción a tener la piel clara. Había quienes bebían limón y otras pócimas para tener una apariencia enfermiza. Se imponen las sombrillas, los guantes y los sombreros. Es lo contrario a la tanorexia. También tiene nombre: tanofobia.
Siglo XX. Acaba la tanofobia para dar paso a la tanorexia
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A principios del siglo pasado
Niels Ryberg Finsen; un médico danés gana el Premio Nobel en 1903 por descubrir el poder germicida de los rayos UV. Con ello nace una corriente fototerapéutica. La gente empezó a buscar la salud a través de baños solares.
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En los locos años 20
Se empieza a imponer el estar morenos entre la gente de clase alta. Se pone de moda el bronceado. Al poco tiempo, nace el negocio de las gafas de sol y las playas se llenan de gente luciéndolas.
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En los años 40
Ya es popular el lucir un bonito bronceado. En el cine se relaciona bronceado con belleza y estatus. Empieza a ponerse en auge otro negocio suculento. El de los bronceadores que potencian el color cobre. Pero la posguerra trajo la tristeza y la austeridad y vuelve el color de piel blanco que resalta el carmesí en los labios de las mujeres.
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En los 50
El bronceado viene para quedarse. También los bañadores con menos tela y más ceñidos.
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En los 60
Nace una cultura de playa y el culto al dios sol. Los hippies, los surferos, los bikinis, la música… todo apunta a la vida al aire libre y la libertad del cuerpo.
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En los 70
Se empiezan a vender las lociones autobronceadoras y se inventan las lámparas para broncear. Todo el mundo quiere tener la piel morena. La tanorexia o adicción al bronceadose apunta a la moda también.
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En los años 80
Los científicos ya advertían de los posibles riesgos de los rayos del sol. No obstante, aparecen pastillas para un bronceado perfecto.
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En los 90
Lo «cool» era el moreno a tope. Al más puro estilo de Julio Iglesias.
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Hoy en día
Gusta lucir una piel bronceada, pero se sabe a ciencia cierta que el sol ha de tomarse a ciertas horas y poco a poco y que hay que utilizar filtros solares de calidad para evitar el cáncer de piel y de ojos. Pero es muy difícil resistirse a volver de vacaciones sin color.
Pero, ¿qué pasa cuando hay una obsesión por el bronceado?
Cuándo, como hemos dicho al principio, no se conocen los límites y el bronceado es una obsesión, es algo que tiene nombre y se llama tanorexia. Las personas que padecen de tanorexia no saben parar. Llevan al extremo el conseguir color en su piel. Aunque sean muy blancos. Les da igual que el sol o los rayos UVA les dañe, les envejezca la piel, se la manche, etc. También les da igual tener hipersensibilidad al sol o estar llenos de lunares. Sienten rechazo a su color natural.
En la playa se ve mucha gente; sobre todo gente de países fríos, que durante el verano consiguen un color imposible. Vemos gente de color chocolate, con cabellos rubios y ojos azules. ¿Cómo lo consiguen? Teniendo como objetivo el bronceado. Siempre van más allá. Cuándo se sufre de tanorexia, nunca se siente que se ha conseguido el color perfecto.
Acabar el verano estando bronceados
Cuándo llega a su fin el verano, con poco o mucho que hayan ido a la piscina, ríos o playa, la mayoría de personas están bronceadas. Pero poco a poco el color se va yendo. Sin embargo, siempre se encuentran alternativas para conservarlo un poco más. Cremas, cabinas de solárium, etc… Las personas que padecen tanorexia están todo el año manteniendo el color.
¿Es bueno el sol para la piel?
Sí. Es muy beneficioso, pero lógicamente, tomándolo de manera adecuada. Interviene de forma directa en la producción de una importante vitamina: la vitamina D. Una vitamina presente en el metabolismo del cuerpo. Además, tomar el sol puede ser un buen remedio contra las depresiones y es un excelente afrodisíaco. Además, ayuda a tener buen estado de ánimo. También actúa contra la psoriasis y otros problemas de piel, etc. pero cuándo no se toma de la manera adecuada y el objetivo es el bronceado a cualquier precio (tanorexia); entonces el cuerpo es sometido a muchos peligros. Quemaduras, cáncer de piel, melasma, envejecimiento prematuro, estrés oxidativo, etc.
Someter a la piel a interminables sesiones de bronceado no tiene nada de bonito y sí mucho peligro.