El peligro de la difteria vuelve tras muchos años
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L&S.- Los medios de comunicación se han hecho eco de una noticia que salta tras un contagio de difteria en España. Esto acapara la atención del público. Asalta la posibilidad de una epidemia de difteria y se sirve el debate de si el hecho de no vacunar a un hijo es una irresponsabilidad para con la sociedad; o por el contrario, es el derecho de los padres a decidir. Un asunto que acapara debates televisivos. Pero no muchos saben realmente qué tipo de enfermedad es realmente. El verdadero protagonista es el debate que se sirve y no la enfermedad en sí.
Lo que debería hacer saltar las alarmas es el hecho de que la difteria es una enfermedad infecciosa supuestamente erradicada en España. Que tras veintiocho años sin darse ningún caso se produce un primer enfermo, acabando en tragedia. Un niño de seis años de edad cuyos padres ejercieron el derecho a no vacunar a su hijo, contrae la enfermedad acabando en muerte.
Cabe destacar que en España las vacunas son recomendadas y no impuestas. Ley general de Sanidad de 1986, suprime la obligatoriedad de las vacunas.
¿Qué es la difteria y cómo se contagia?
Es una patología grave que puede causar la muerte. Se contrae por contagio de una bacteria llamada Corynebacterium diphtheriae; de ahí el nombre «difteria». Esta bacteria produce una sustancia tóxica o toxina que es la que da origen a la enfermedad.
La difteria es altamente contagiosa. A lo largo se ha temido mucho una epidemia de difteria. Es una enfermedad terrible y muy contagiosa que se transmite a través de los fluidos corporales. Sus primeros síntomas, aparecen pasada una semana del contagio principalmente en las mucosas de la garganta y la nariz. Producen inflamación y adherencia de fibras a las mucosas. La respiración se dificulta hasta el punto casi de la asfixia. La toxina que la provoca es capaz de pasar a la circulación sanguínea. Puede llegar a extenderse al miocardio, al cerebro, a los riñones, a las fibras nerviosas o la piel, etc. Su efecto es devastador. La toxina de la difteria actúa directamente sobre las células, destruyéndolas.
Edad de mayor incidencia
Aunque es una enfermedad que ataca a cualquier persona, principalmente se da en niños menores de cinco años. También en personas de más de sesenta. Sus primeros síntomas son fuertes dolores de cabeza, mucha fiebre, ganglios linfáticos del cuello inflamados y dificultades a la hora de tragar. Es muy fácil de confundir la difteria con una infección de garganta. Generalmente es después de pruebas específicas, cuándo se puede diagnosticar la difteria.
El tratamiento es a base de antibióticos. Pero si la difteria empieza a atacar al corazón o al sistema nervioso, será necesario utilizar un suero antitoxina. También es necesaria la profilaxis de personas que han estado expuestas. La vacuna de la difteria, que se administra junto a la vacuna del tétanos y la tosferina o tos convulsiva; denominada DTaP cubre durante 10 años; pero si hace más de cinco que se administró, se aplica una vacuna de recuerdo. Para las personas del entorno más cercano del enfermo, se puede aplicar tratamiento con penicilina o eritromicina. Además, se les tomarán muestras de tejidos faríngeos para comprobar que no son portadores de la bacteria de la difteria.
La difteria es una enfermedad casi erradicada
Aunque en una buena parte del mundo menos favorecido es una enfermedad endémica, en la actualidad ya no es un problema. Es debido a la vacunación generalizada de la población en los países desarrollados con la vacuna DTaP y a la higiene. Gracias a las medidas profilácticas, la difteria hoy en día es considerada una enfermedad rara casi erradicada. Los niños deben recibir cinco dosis de la vacuna DTaP. Una dosis a los 2 meses, una a los cuatro meses, una a los seis meses, una a los quince meses, una a los dieciocho meses, una a los cuatro años y otra a los seis años.
En 1995 hubo una epidemia de difteria en la Federación Rusa y en Ucrania. Después de ese episodio en 2001 se establece que la simple sospecha de que alguien tuviera la enfermedad debería ser comunicado con carácter de obligatoriedad por parte de los médicos.
Un sistema inmune fuerte con: