La familia es lo que más va a influir en los niños
Contenidos
L&S.- La palabra “«vacuna» tiene un significados médico. Según la Real Academia de la Lengua Española RAE tiene el significado siguiente: «virus o principio orgánico que convenientemente preparado, se inocula a una persona o animal para preservarlos de una enfermedad determinada». Pero con este mismo significado, podemos darle una interpretación más filosófica. Podemos asegurar que la familia es una vacuna para nuestros hijos, porque siendo bien administrada a un niño, la familia les protegerá ante agresiones externas nocivas.
La familia es para un niño como una vacuna y a la vez muchas vitaminas fortalecedoras. Ha sido clave en preservar civilizaciones enteras. Y por el contrario, con la degradación del concepto de la misma, han sucumbido imperios a lo largo de la historia. Es la única institución que permanece a través de los años en la humanidad.
La familia es definida como un grupo de personas que está unido por vínculos de sangre y reunidos en lo que consideran su hogar. Dentro del cual se intercambian afecto, protección mutua, ayuda y valores.
Mientras un hijo crece y se desarrolla puede tener fuertes sensaciones de compañía, de sobreprotección o de abandono. Y cuándo se enfrenta a la realidad cotidiana, estos sentimientos transmitidos por la familia, se verán reflejados en su comportamiento para con el entorno. Son sentimientos que acarrean consecuencias y riesgos. En ese momento los padres y hermanos tienen un sentido insustituible. Será lo que guíe y acompañe a un hijo desde que nace hasta que sea totalmente autónomo, una vez acabada la adolescencia.
Cada niño nace con una fuerza vital diferente. Con ella, su propia vulnerabilidad y su fuerza. Su personalidad, al fin y al cabo. Pero es en el seno de su familia dónde el niño canalizará su energía y aprenderá y la adaptará a las necesidades de cómo desarrollarla. Y será la familia la que le guíe en el proceso.
Parece fácil dicho así, pero es complejo y arduo. Y en la actualidad aún lo es más, dado la característica tan diversa de las familias. Aun así, será el grupo (cualquiera de los formatos) el que va a marcar la personalidad de un niño y aportarán seguridad, protección y un saber cómo enfrentarse a su entorno.
Ni sobreprotección ni abandono
A los niños es necesario inculcarles desde el seno de la familia hábitos saludables de responsabilidad, obligaciones, colaboración, flexibilidad y comunicación. Siempre desde la madurez de cada niño. Consentir o sobreproteger puede llegar a ser nocivo. Ambas actitudes por parte de su la familia siembran el desequilibrio en la personalidad del niño. Y cuándo lleguen a adolescentes, no asumirán responsabilidades, ni aprenderán a afrontar su futuro con buena planificación e independencia.
Los valores que el grupo familiar puede inculcar no lo puede hacer nadie más. Es papel exclusivo de la familia. Desde esta privilegiada situación, los valores transmitidos a través del ejemplo se asimilarán de forma indeleble. Son más eficaces que los diálogos, sermones o recomendaciones de cualquier otra fuente.
Valores que puede promover la familia
Entre los valores que la familia debe implantar en la personalidad de los niños se encuentran la prudencia, el sentido de triunfo, el respeto, la tolerancia, la libertad, la justicia, el amor, la autoridad, la trascendencia, la espiritualidad, la actitud frente a la derrota y también frente al triunfo, el esfuerzo, el trabajo, la esperanza, la honestidad, la veracidad, la lealtad, la puntualidad, el civismo, y un largo etcétera. También será clave en la autoestima y en auto conocerse para saber cómo ser autosuficiente y reconocer las habilidades propias y potenciarlas. Además, está tambien el aprender a relacionarse socialmente, saber enfrentarse a los desafíos, templar el carácter, etc.
En la formación de una persona desde que es un bebé, hasta ser adulto, intervienen varios estamentos. Los que más destacan son la familia, la escuela y la comunidad. Pero la más importante y por mucho es la familia. Por lo tanto, sabiendo esto, vacunemos a nuestros hijos.