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L&S.- Se sabe desde hace mucho tiempo que el viento y la salud mental están estrechamente relacionados. De hecho, hay algunos vientos que influyen de manera muy marcada. Es principalmente a través de la tradición oral que nos llegan historias acaecidas. Tanto así, que dichas hoistorias a veces rayan lo increíble. Pero lo cierto es que, cuando el viento es muy acuciado, realmente aumentan los dolores de cabeza, los mareos, la irascibilidad, etc. Y las diferentes patologías psiquiátricas también empeoran.
Existe una disciplina científica que estudia los cambios fisiológicos que pueden producirse bajo los diferentes fenómenos meteorológicos. Se denomina biometeorología. Dentro de la biometeorología, encontramos la biometeorología psiquiátrica. Esta engloba en concreto, las enfermedades mentales que puedan producirse bajo el efecto del viento y otros fenómenos. Las personas que sufren estos cambios se les da el nombre de «meteosensibles».
Según Homero, Zeus dotó a Eolo del poder del control de los vientos. Éste podía usarlos para sus propósitos. Incluso utilizarlos a todos juntos o de uno en uno. Con ellos, podía causar el bien o causar desastres. Teniendo poder sobre la tierra, el cielo y el aire, Eolo era un dios temido y respetado en la antigua Grecia.
Lo más importante, es saber que esto es ciencia. Lo destacamos principalmente porque parece cosa de cuentos, pero es real. El viento y la salud mental y física están relacionados. Hay dos tipos de viento: el viento que provienen del Norte y el que proviene del Sur. Ambos tienen diferentes cargas eléctricas.
Algunos de estos vientos son: «Cierzo»; «Aquilón»; «Setentrión»; «Descuernacabras»; «Zarzagán»; «Mistral», «Tramontana», etc. Son vientos que en el invierno son fríos y en verano frescos. También son secos y fuertes y pueden llegar a alcanzar los 120 Km/hora. Y valorando la relación entre el viento y la salud, estos son por norma general, vientos saludables. Con iones de carga negativa. Son vientos revitalizadores y realzan la alerta de las personas.
En primer lugar, son vientos abrasadores que provienen del desierto africano. Además, son desagradables y muy molestos. Se caracterizan por sus partículas electrizadas (iones positivos) con efectos muy nocivos para la salud. Estos son los que acarrean una serie de problemas. ¿Quién no ha oído decir: «le ha dado un siroco», cuándo se habla de una persona que da la impresión de que se han vuelto loca? De hecho, está comprobado que estos vientos tienen efectos devastadores en algunas personas, que como hemos dicho al principio, son meteosensibles.
Algunos de esos efectos son: angustia; estrés; nerviosismo; malestar general; sensación de borrachera; mareos; sentimientos depresivos; migrañas o dolores de cabeza, etc. Es el influjo pernicioso de los iones positivos o carga eléctrica positiva.
Sobre el viento y la salud, el pediatra de la ciudad de Lion, el Dr. Mouriquand; uno de los precursores de la meteoropatología; dijo que los bebés son muy sensibles cuándo se levanta vientos de componente Sur. Los recién nacidos presentan síntomas de agitación, insomnio, están muy inquieros e irascibles y sus llantos y hasta gritos, son más agudos de lo normal. Y estos cambios de humor no se calman hasta que el viento cambia.
Un ejemplo de ello es «el Simún» (nombre en árabe que significa «viento venenoso»). Un viento convertido en temporal de aire caliente. Puede llegar a sobrepasar los 54ºC. Es seco. La humedad del aire no sobrepasa el 10%. Una de sus características es que arrastra arena del Sahara y de otros desiertos árabes. También desde Siria y de Palestina. Esta arena y los efectos del viento pueden ser transportados hasta llegar Europa.
Siroco. Viento de componente Sur que proviene del Sudeste mediterráneo. Se origina en el Desierto del Sahara. Puede ser una extensión del anteriormente citado Simún. Es una masa de aire tropical que alcanza velocidades muy altas en el Norte de África, Mediterráneo y Sur de España. Arrastra polvo del desierto y torna el cielo de color rojizo. Suele acompañarse por lluvias de barro.
El Siroco se asocia a la locura. Genera una atmósfera que oprime y pone muy nerviosa a al gente. Los griegos le daban el nombre de «Eúroi». En Roma su nombre era «Syriscus». Los árabes lo llamaron «Salok»; nombre del que proviene «Jaloque» o «Siroco» (castilla) y «Xaloc» (Cataluña). También «Calima» en las Islas Canarias.
En tiempos más modernos; en Suiza; un país puntero en cuanto a tecnología; se estudió el fenómeno meteorológico del «Foehn». Un tipo de viento singular por sus características. Su carga iónica positiva, una elevación brusca de temperatura, además de una baja cantidad de ozono, produce muchos efectos malsanos en la salud. Tanto así, que en este moderno país el efecto Foehn es legalmente considerado un atenuante a la hora de juzgar algunos delitos penales.
Los vientos del efecto Foehn son un tipo de viento de componente Sur. Este fenómeno se propicia mientras el viento se desplaza entre cadenas montañosas. Al atravesarlas, el viento sube por la ladera y al descender por la opuesta se produce una compresión del aire, calentándose impidiendo la lluvia. Esto lo puede hacer repetidas veces. Cada vez que hace este ascenso y descenso, se va tornando en un en aire más seco y más cálido. El resultado es que en las dos laderas de la montaña se producen unas temperaturas absolutamente diferentes. No se parecen ni en la temperatura, ni en la nubosidad. De hecho, las diferencias pueden llegar a ser de 18º.
En cuánto al componente sur, el Fenómeno Foehn consigue que en la costa del Cantábrico tenga temperaturas bastante más altas que en el Sur de la Península Ibérica.
Igualmente ocurre con el viento del Este en Galicia y con el viento de Levante en Cádiz y Sureste de la península. Al atravesar las Cordilleras del Norte africano, llegan vientos secos y cálidos que producen trastornos y consecuencias nefastas a las personas meteosensibles.
Algo similar a lo que ocurre en Suiza con el «Fenómeno Foehn», ocurre en Israel al paso del «Sharav». Un viento del desierto. Es decir: antes de dictar sentencia las autoridades judiciales piden informes de las condiciones meteorológicas que había cuándo se produjo el delito. Igual pasa en Israel con el Sharav. Se considera una circunstancia atenuante. Cosa que está en consonancia también con La Biblia. En esta se achaca al azote del «Hamsin»; un tipo de viento del Sur; como responsable de un comportamiento poco noble del Rey Salomón.
La persona que se sabe meteosensible, en vez de tomar analgésicos, podrían probar con estos preparados de origen herbal: ginkgo biloba, hipérico, 5-HTP.
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