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L&S.-Hay dos tipos de celos: celos sanos y celos patológicos. Pequeñas dosis de celos en la pareja, por supuesto controlados y apelando siempre a la madurez, pueden acabar fortaleciendo los lazos de unión. Son los celos naturales y sanos propios del temor a perderse el uno al otro. El problema surge con los del segundo tipo, a saber: los celos patológicos (cuando estos celos, no son fundados). Son celos patológicos o enfermizos que nublan la capacidad de raciocinio del que es atrapado por ese pernicioso sentimiento. Casi siempre son celos de pareja que están basados en simples sospechas sin fundamento de que la otra persona no es leal. Esto suele estar acompañado con la fuerte sensación de potencial abandono. Sentimientos todos que convergen en un constante control de los actos del otro, discusiones y eternas explicaciones para calmar la situación por parte de la víctima, etc.
Los celos de pareja son reacciones que denotan miedo de perder la plena atención de la otra persona. La inseguridad que eso consigue provocar, nos vuelve posesivos para con ella o con él y asfixian y convierten la relación de pareja en una relación tóxica e insoportable.
Dicen que las comparaciones son odiosas y mucho más en un asunto tan sensible como las relaciones sexuales. Si nos comparamos constantemente con las otras personas que quizás estén en el entorno de nuestro/a compañero/a, veremos que por desgracia, siempre encontraremos que hay quienes son más guapos, más inteligentes, más ricos, más altos, más delgados, etc., en detrimento de la pobre imagen que percibimos de nosotros mismos (complejo de inferioridad), y lo peor, es que tenemos que estar siempre compartiéndolo o compartiéndola con ellos.
Casi siempre esas diferencias son diferencias imaginarias, no en vano, nuestra pareja nos ha elegido a nosotros para estar a su lado y no a los demás, sin embargo, en la cabeza de una persona que pasa por un proceso de celos de pareja, estos posibles rivales, se perciben como una fuerte amenaza constante.
Lejos de querer hacer daño, se puede decir que en las relaciones, los celos de pareja son un simple mecanismo de defensa de una persona insegura ante el peligro de perder una relación que es muy importante para ella. Sin embargo, la desmesura con que se refleja ese amor, suele ser lo que acaba con él.
Es importante que a la hora de trabajar los celos de pareja, se hagan algunos ejercicios simples pero eficaces como estrategia para aumentar la autoestima. Ejercicios, tales como el razonar qué cualidades especiales tenemos y hacer una lista con cada una de ellas. Con ello, quizás descubramos algunos aspectos positivos en los que nunca habíamos pensado y centrarnos en ellos. Nos hará cambiar la visión acerca de nosotros y de las cosas que nos producen inseguridad. También es muy importante entre esos ejercicios, el tratar de conseguir que aceptemos nuestras carencias como parte de la esencia del ser humano. Todo el mundo las tiene. No queremos centrarnos solamente en las cualidades, sino que se trata de caminar hacia la madurez y el desarrollo personal con una visión realista acerca de nosotros mismos.
Todas las personas sentimos celos de pareja alguna vez, pero todo lo que se salga del miedo natural de que la relación se rompa de la firme seguridad de que no se quiere hacer ningún daño hay que prestarle atención. Los celos de pareja patológicos o irracionales son celos dañinos. Van asociados a diferentes medidas de hostilidad. Algunas veces cruzan las fronteras de lo aceptable, porque simplemente exigimos la absoluta atención hacia nuestra persona.
Son celos patológicos destructivos y acotan el espacio de la otra persona, llegando ésta a perder su libertad y hasta su verdadera identidad. También debemos decir que este tipo de celos de pareja no cesa. Va en constante aumento. Se empieza abriendo el bolso o mirando los bolsillos y revisando y oliendo la ropa. Incluso la ropa interior. Luego se pasa a mirar el móvil de soslayo, para acabar consiguiendo las contraseñas del móvil y/o del correo electrónico, las redes sociales, etc. Entrando en el terreno de lo ilegal.
No es fácil. Se necesita paciencia, tiempo y sobre todo, compromiso…pero hay quienes consiguen controlar este aspecto negativo de su personalidad, sobre todo si valoran a su pareja lo suficiente y reconocen que no tienen motivo para desconfiar de él, o ella.
El ejercicio para conseguirlo es arduo, pero el resultado será paz para ambos. Vale la pena intentarlo. Muchas veces, el éxito para conseguirlo, pasa por buscar ayuda psicológica.
Se piensa muchas veces que los celos avivan el amor y nada más desacertado. Los celos son capaces de enterrar un amor verdadero y en el mejor de los casos, debilitan la relación y dejan sin argumentos para amar a la persona víctima de los ataques de celos. No debemos engañarnos. Las relaciones estables y felices están basadas en la comunicación y en la confianza. Cuando estos factores se dan, se producen relaciones felices y saludables y con sentimientos profundos y sólidos.
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