Contenidos
L&S.- Si queremos hablar del número SAR o de Tasa de Absorción Específica, primero debemos meternos en el contexto. a saber: que todos los inventos novedosos que se han realizado en esta sociedad han estado seguidos de polémica. Con la aparición de las redes inalámbricas y los «Smartphone», se han disparado todas las alarmas. Hay quienes instalan cortinas de hilos de cobre en sus ventanas en un afán de protegerse. Se habla de posibles efectos cancerígenos, de que producen insomnio, de que son causantes de muchos problemas autoinmunes, de que dañan la vista, etc. Pero el miedo al cáncer cerebral es -si cabe-, el mayor de los temores.
Infundado o no, el asunto no deja de ser preocupante y ya se han ingeniado formas de medir la posible radiación que un dispositivo envía a la persona que lo utiliza. Nace con esto el SAR. El SAR es la «Tasa de Absorción Específica». En español debería llamarse TAE, aunque se utilizan sus siglas en inglés: Specific Absorption Rate. Es también llamado «Número SAR», «Tasa SAR» o «Índice SAR».
El número SAR aparece en las especificaciones de los teléfonos móviles. Lo que indica, es la radiación que nuestro cuerpo va a absorber cuándo nos estamos comunicando con él.
Dicha Tasa de Absorción Específica o Specific Absorption Rate se mide en la zona del cuerpo en la que el dispositivo inalámbrico de onda expone la radiación. Ese es el motivo, por el cual, el número SAR se mide en la cabeza. Lo que no quiere decir que no haya otras zonas, como bolsillos (área púbica), bolsos (laterales del cuerpo), etc.
Aunque se le haya dado trato de «mito» a los posibles peligros que acarrea la radiación que emanan los dispositivos móviles, la polémica acerca de ello ha estado siempre servida. No obstante, la masificación de su uso y el hecho de que se hayan convertido en imprescindibles en nuestras vidas y en la de nuestros hijos y nietos, ha hecho que no se dé demasiada información al respecto.
Lo cierto es que aunque no interese demasiado investigar y tampoco haya pasado el suficiente tiempo como para establecer valoraciones objetivas, sí se ha despertado una importante preocupación científica y se han establecido ciertos parámetros de seguridad. Que si se tienen en cuenta, podemos prevenir consecuencias.
Según el famoso Dr. Oz: “… a la par que el tabaco y el amianto; los teléfonos celulares son un grave riesgo para la salud”. Además, plantea que habría razones médicas para esperar a dar un teléfono móvil a un hijo.
La radiación electromagnética puede afectar a nuestra salud de manera objetiva. Entre las mayores fuentes emisoras, están los teléfonos móviles y las antenas repetidoras de sus ondas, aparte de Wi-Fi, cables de alta tensión, aparatos eléctricos enchufados en el hogar, ordenadores, etc. De hecho, somos susceptibles de que todo esto nos afecte en nuestros procesos biológicos.
Esta reocupación por parte de algunos sectores de la sociedad, ha conseguido que se cree un número que valore su grado de peligrosidad. Se trata del Índice SAR de móviles o número SAR para teléfonos celulares. Es un valor más a tener en cuenta cuándo se elige el Smartphone que nos acompañará durante todo el día (y la noche).
La Agencia Internacional para la Investigación del Cáncer etiqueta a las radiofrecuencias de campos
«Posiblemente cancerígeno» no es demasiado categórico, pero sí una importante alerta. La falta de años de experiencia no permite mayor contundencia. Además, debemos tener en cuenta que ese apunte se hizo en 2013.
A la fecha de hoy, hay estudios que parecen confirmar que las radiaciones que producen los móviles afectan a la calidad del esperma y produce variaciones en la actividad eléctrica del cerebro, las cuales llevarían a alteraciones del sueño.
Un móvil es un sistema receptor y emisor de ondas de radio u ondas electromagnéticas. Está demostrado científicamente que las ondas electromagnéticas emitidas por estos aparatos y sus antenas afectan a la actividad eléctrica de nuestro cerebro mientras dormimos. También afecta al recuento y a la motilidad espermática en el varón. Sobre todo si el móvil se lleva en el bolsillo. Afecta incluso al vuelo de las abejas, ya que pierden la orientación y el rumbo cuándo se ven expuestas a las ondas que emiten estos dispositivos.
Son estudios que han dado pie a que en algunos países promulguen leyes de seguridad al respecto basadas en el número en la Tasa de Absorción Específica SAR. Un número que cuánto más elevado es, mayor es la emisión de ondas y más peligroso resulta.
Ante los indicios de posibles efectos negativos para la salud de estas radiaciones, y a pesar de estar lejos de ser concluyentes, muchos gobiernos han adoptado medidas e impuesto un límite máximo al SAR que los teléfonos pueden emitir, basándose en un principio de precaución completamente lógico.
Se pone el límite de exposición un total de 0,08 W/kg promediado en toda la masa corporal.
Hoy en día, todos los dispositivos móviles puestos en el mercado, cumplen con la normativa. Aun así, la mayoría de fabricantes de una manera u otra ocultan el número SAR entre sus especificaciones técnicas. Incluso aquellos que fabrican los móviles con los índices SAR más bajos, ya que el simple hecho de que se vea, recuerda los”posibles efectos negativos para la salud”. En Marketing eso no es muy recomendable. Aunque hoy en día no hay nada oculto para quién sabe buscar.
Uno de los fabricantes que mejor trabajo han hecho, para lograr ratios por debajo del límite legal de 1,6W/Kg por gramo es Samsung, la cual se sitúa como la más segura del mercado. El Galaxy S5 tiene un índice SAR de 0,562 W/Kg y el Galaxy Note 4, tiene un índice SAR de 0,382. Sony también se sitúa entre los más seguros con su modelo Xperia Z Ultra consigue 0,339 W/Kg.
Las marcas que tienen el número SAR más alto, son Apple con 1,25 W/Kg en el iPhone 5. También BlackBerry con el Curve 9320 que tiene un índice SAR 1,56 W/Kg. Ni qué decir tiene el ratio que tendrán los clones chinos de estas marcas. Éstos no se someten a estas pruebas ni declaran el número SAR.
Toda precaución es poca. El que no se haya demostrado como peligroso algo, no quiere decir que no lo sea. Las radiaciones son peligrosas, de eso no cabe duda, aunque no lo digan categóricamente. Cada vez será más difícil que se reconozca, dado el enorme auge de las tecnologías y de lo imprescindible que se ha hecho un Smartphone en la sociedad. Todo nos empuja a usarlo ya no sólo como teléfono. Sus aplicaciones se han vuelto inevitables. No se nos puede advertir de daños. Sería incoherente. De todas maneras las personas lo intuyen y los más sensatos, buscan paliar los daños. Algunas sugerencias son:
Dormir bien es un lujo. El insomnio es quizás uno de los problemas de salud que…
¿Qué es la impotencia? La impotencia o disfunción eréctil es una condición física masculina bastante común. Está…
Schizandra o esquisandra L&S.- La Schizandra o esquisandra; también llamada Schisandra (con «s») es una…
Ondas electromagnéticas no ionizantes Los dispositivos Pranan Graphene son el resultado de un exclusivo diseño…
El lúpulo y su acción frente al dolor ¿Quién puede escapar del dolor físico? Pocas…
¿Qué son el Sistema inmunológico innato y el adaptativo? L&S.- La respuesta inmunitaria es la…