El tándem sexo y drogas no es aconsejable nunca

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L&S.- Entre los excitantes sexuales se engloban los perfumes de feromonas, algunos alimentos, las drogas y el alcohol. Este último lo englobaremos también entre las drogas. Respecto al tándem sexo y drogas, sus efectos dependen mucho de la concentración, la dosis, las expectativas que se tengan, el hábito. Y sobre todo, va a depender de la personalidad del que las toma. Existe una mitificación del tándem sexo y drogas. Se toman como aumentadores de la potencia sexual, aunque, según veremos, convendría afirmar lo contrario.

Sexo y drogas – Son siempre un dúo que suena mal

  • Alcohol

Es la droga más usada por los jóvenes para facilitar un encuentro sexual. Un 35% de los hombres y 25% de las mujeres juntan sexo y drogas (en este caso el alcohol). Creen que aumenta sus posibilidades de relacionarse con hombres y en parte es cierto. El alcohol desinhibe cuándo se toma en pequeñas cantidades y facilitan los contactos. Pero en cantidades mayores produce impotencia en el hombre y frigidez en la mujer.

Cuatro de cada 10 de los hombres alcohólicos sufre de impotencia y retrasos en la eyaculación y una de cada 3 mujeres alcohólicas tiene trastornos en la fase de excitación y el 15% anorgasmia femenina y también anorgasmia masculina. Juntar sexo y drogas nunca fue buena idea.

Lejos de ayudar, el alcohol adormece a la larga los sentidos

Tampoco está demostrado que el alcohol aumente el placer sexual. Además su consumo crónico altera la conducta, conduce a la degradación de la pareja, a las agresiones, celotipias y pérdida del autocontrol. En las sabias palabras de Shakespeare se aprende que: «…el alcohol provoca el deseo pero frustra la ejecución». Charles Bukowski, escritor, bebedor y mujeriego decía: «Si quieres beber, bebe, pero si quieres hacer el amor, abandona la bebida». Juntar sexo y drogas (sean drogas solamente o alcohol) no es aconsejable.

  • Alucinógenos

Se arguye que relajan, liberan y disminuyen las inhibiciones o los prejuicios. También, que intensifica las sensaciones. Lo cierto  es que durante esa primera fase puede ser así. Esto se debe a los cambios psicológicos y la desinhibición. Puede producirse un aumento del interés, pero no hay evidencias que mejore la respuesta sexual. Sexo y drogas nunca acaban bien.

Juntar sexo y drogas es un plan a corto plazo. Hace que disminuya la lubricación vaginal. Su uso crónico consigue que decrezcan los niveles de testosterona y el recuento de espermatozoides. La testosterona es la hormona más importante implicada en la excitación masculina. las consecuencias de la disminución implica también menos deseo. Provoca inapetencia sexual. Además, un 15% de los hombres que fuman drogas a diario tienen dificultades con las erecciones. Las mujeres con frecuencia presentan irregularidades de los ciclos menstruales y sequedad vaginal.

  • Cocaína

Entre los afrodisiacos más usados en Estados Unidos se encuentra la cocaína. También el peyote, que se obtiene de un cactus y el hongo mágico xilobe mexicano.  Pero la cocaína es, junto al alcohol, la droga más utilizada en España para mejorar las relaciones sexuales.  Tanto es así, que la usan con ese fin un 57% de los hombres y un 38% de las mujeres. Por supuesto si estos son consumidores habituales de drogas.  La paradoja es que es la droga más incapacitante sexualmente de todas.

Es cierto que al principio de usarla, si es en dosis bajas y a corto plazo aumenta la potencia sexual.  Pero para seguir consiguiendo esos mismos efectos se requiere aumentar cada vez más las cantidad.

Por supuesto, queda demostrado que no es buena idea juntar sexo y drogas. Cuándo se sigue utilizando en dosis mayores para mantener el mismo efecto, la cocaína  ya pasa factura.  Cierra los vasos sanguíneos (es vasoconstrictora) e impide que se produzca la erección. Conduce necesariamente a la disfunción eréctil. Vea cuáles son los «mecanismos fisiológicos de una erección».

Aparte, hay otro tipo de drogas de diseño muy peligrosas que van imponiéndose, como es el karkubi o karbuki.

¿Qué arguyen sus defensores?

Con esto se hace «del defecto una virtud». Un 26.2% de los que con la cocaína juntan sexo y drogas dan vuelta a la tortilla y  afirman que usarla prolonga la relación sexual. Arguyen que aumenta el deseo sexual y retrasa el orgasmo.

Con esto como bandera, hay quienes hasta la frotan directamente en sus genitales para demorar a propósito el orgasmo. Algo poco recomendable ya que puede llegar a adormecer tanto las zonas erógenas, que no se sienta absolutamente nada con el invento. Algunos defienden la práctica de frotar también el clítoris femenino con ella a fin de aumentar la excitación. Pero lo único cierto, es que la mayoría de las veces, sólo se consigue anestesiarla.

Dicho esto, remarcaremos que el 17% de los cocainómanos sufre de disfunción eréctil y un 4% sufre priapismo. Una erección mantenida, que no se relaja. Y lo peor, por supuesto, es que se descubre una vez más que juntar sexo y drogas, lejos de aportar sensaciones intensas, lo que hace es acarrear malas consecuencias.

Realmente, juntando sexo y drogas sólo se conseguirá habituarse. Y si se llega a la adicción, después se convertirán en personas incapaces de mantener relaciones sexuales normales sin haber tomado antes su dosis. Dosis que cada vez será mayores. Y como ya hemos dicho, las dosis altas inhiben totalmente el deseo sexual, puesto que su toma reiterada, afecta al sistema nervioso central.

Sexo y drogas no se deben juntar. Todas y cada una de ellas  interfieren con el desempeño sexual

  • La heroína y la morfina

Ocasionan muchos trastornos sexuales. El 48% de los adictos a ellas señalan impotencia, el 59% eyaculación retardada. En el 60% de los casos hay una disminución por el interés por el sexo. Con frecuencia los niveles de testosterona en los adictos a la heroína está casi en nivel 0. El 27% de las mujeres heroinómanas tienen disfunción orgásmica. El 57% falta total de interés sexual. Se ha señalado que el adicto a la heroína saca más placer de la droga en sí que al uso de ella en el sexo. Pierden el interés por el sexo sano.

  • Los opiáceos

Su  efecto es evidente. En el hombre alteración del interés por el sexo, retraso en la eyaculación y fracaso en la erección. En la mujer desinterés sexual. Obviamente juntar sexo y drogas es una mala idea.

  • Las anfetaminas

Estimulan el sistema nervioso y en dosis bajas pueden producir sensación de exaltación. Un exacervado interés por el sexo, confianza y relajación. Y en algunos adictos, especialmente las mujeres, un incremento en su deseo sexual. Pero tomadas de forma habitual o en dosis mayores reducen la excitación y la respuesta sexual. Si existe adicción, ya no podrán mantener una relación sexual sin ellas.

  • Nitrito de amilo

Muchos homosexuales han utilizado el nitrito de amilo en base al hecho de que relaja el musculo liso, disminuye el tono del esfínter anal. En este caso juntar drogas y sexo es mortal, ya que es un producto que puede inducir muerte súbita.

  • Éxtasis

El éxtasis disminuye las inhibiciones y facilita la comunicación. Pero en general provoca alteraciones en la libido o deseo sexual. En algunos casos sexo y drogas podría funcionar, pero en este no. El deseo y la satisfacción podían verse aumentados con su uso. Pero con frecuencia se constata que retrasa el orgasmo y afecta negativamente la erección.

Concluyendo: juntar sexo y drogas  perjudica en gran manera al sistema nervioso central. Y lo que es peor: acaba siendo un sustitutivo del sexo en vez de aumentar el placer del mismo. La realidad es que muchos jóvenes combinan el consumo de sexo y drogas y las drogas pueden deteriorar de forma importante la vida sexual en función de la cantidad y del periodo de consumo. Y en cualquier caso aumentan el riesgo de enfermedades de transmisión sexual.

Juntar sexo y drogas anula la vida sexual. No es en absoluto sensato anular los impulsos sexuales y más a esa edad. Es muy importante que los jóvenes reciban información científica completa y válida. Si las llegara a utilizar,  que lo haga de forma responsable. Sabiendo que el juntar sexo y drogas, más que despertar la libido, lo que hace es anularla.




Potenciadores sexuales masculinos

Potenciadores sexuales femeninos




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Beatriz Puente

- Posgrado en Nutrición Humana por la Universidad Juan Carlos 1º y por el Colegio de Nutricionistas de Madrid Experta en Nutrición aplicada a la salud por la Universidad de Almería (UAL). - Diplomada en Medicina Ortomolecular y diplomada en Nutrición deportiva por la UAL. - Redactora especializada en artículos de salud desde 2009 en diversos medios

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Beatriz Puente

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