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L&S.- El Teflón es un material antiadherente. Fue descubierta casualmente por el estadounidense Roy Plunkett en 1938. Hay una leyenda que cuenta que el Teflón fue inventado en el programa espacial de los Estados Unidos, pero es totalmente falsa. Su historia es más bien curiosa: Roy Plunkett era un químico que trabajaba en los laboratorios de investigación de la compañía Du Pont en Nueva Jersey. A fines de la década de los treintas, los científicos de la empresa estaban trabajando para crear nuevos tipos de Freón; el gas utilizado por los refrigeradores para extraer el calor.
Para entonces, los Freones eran vistos como químicos no tóxicos; no reactivos; seguros y muy útiles para hacer refrigerantes. Hoy en día sabemos que los Freones pueden reaccionar en la alta atmósfera, destruyendo la capa de ozono. A Plunkett se le había encargado que encontrara un nuevo refrigerante de ese tipo.
Un día, estaba mezclando una cantidad de Freón con alguna otra sustancia y suponía que de la mezcla obtendría un gas. A la mañana siguiente, su ayudante Jack abrió la válvula del cilindro que contenía la mezcla; pero no salió ningún gas. Llamó a Plunkett y éste pesó el cilindro en el que definitivamente había algo; puesto que pesaba más que un envase vacío. Al abrirlo, se encontró con un polvo blanco grasiento. Intrigado, realizó las pruebas habituales y observó que se trataba de un material inerte; es decir, que nada reaccionaba con él; de manera que no lo afectaban el calor; la electricidad ni los ácidos. Además de ser un material inerte muy resbaladizo. Ciertamente había cometido un error; pero en cambio había descubierto el Teflón.
Se trata de uno de los primeros plásticos. Como el Nylon, otro producto desarrollado por la Du Pont; el Teflón es un polímero, con una de las más largas cadenas de moléculas conocidas. La diferencia es que el Nylon fue desarrollado por un grupo de investigadores que se tardaron años en lograr su objetivo; con base en un arduo trabajo y una gran determinación. En cambio el Teflón fue descubierto casualmente por Plunkett; quien sin embargo tuvo el mérito de haber analizado la extraña e inesperada sustancia en vez de simplemente tirarla.
Dadas sus características únicas, la Du Pont se dio cuenta de que el Teflón era una sustancia con muchas posibilidades. Un material antiadherente. Se consideró tan especial, que se mantuvo en secreto durante algunos años. Tuvo su primer uso práctico cuando los ingenieros que trabajaban en el Proyecto Manhattan; el programa para desarrollar la bomba atómica, necesitaron proteger unas juntas de hexafluoruro de Uranio; el material altamente tóxico y corrosivo que usaban para crear el isótopo de Uranio. El Teflón resultó perfecto, por ser un material inerte no reactivo.
El nombre Teflón se registró como marca de fábrica en 1945 en los Estados Unidos y en 1954 en el Reino Unido. Su descubridor, Plunkett, no recibió los derechos de la patente perteneciente a la empresa Du Pont.
Después de su descubrimiento del Teflón, Roy Plunkett se convirtió en supervisor químico de la mayor planta de Du Pont; y continuó a cargo de la investigación y desarrollo de nuevos productos y procesos para las industrias de refrigeración; electrónicas; de plásticos aeroespaciales y de defensa. Más tarde, desarrolló labores administrativas y llegó a ser Director de Operaciones de la División de Productos de Freón de la Du Pont; empresa de la que se retiró en 1975, justo a los 65 años.
Plunkett murió en 1994 poco antes de cumplir 84 años. Durante su carrera recibió doctorados honorarios de varias universidades de los Estados Unidos en reconocimiento a sus valiosas aportaciones científicas.
Después de la Segunda Guerra Mundial, se descubrieron métodos para producir y moldear el Teflón de manera más barata; y aparecieron los primeros productos fabricados con este material antiadherente. Se utilizó por ejemplo, en hacer bandejas para dulces; pero se rayaban fácilmente. Este problema no se solucionó hasta que se unió el Teflón al metal.
En la década de los cincuentas, Marc Gregoire; un parisino trabajaba en aplicar Teflón a la línea de su caña de pescar para que esta se enredara menos. A su esposa, que lo observaba, se le ocurrió poner la resbaladiza sustancia en el fondo de una sartén. Esto le permitió reducir el uso de grasa para evitar que la comida se pegara. Así nacieron los productos de cocina que más tarde se venderían por millones en más de 40 países del mundo. Desgraciadamente, no tenemos el primer nombre de la señora Gregoire.
La superficie del Teflón es tan resbaladiza, que nada se le pega o puede ser absorbido por ella. Resultó ideal para fabricar las famosas sartenes de material inerte antiadherente. Aparecieron en el mercado en 1960. Las llevó a Estados Unidos un periodista llamado Hardie, quien estaba asombrado con la de sus amigos franceses. Poco después, todos los fabricantes de ollas y sartenes estaban aplicando Teflón en el interior de sus cacerolas.
El fluoropolímero tiene un número infinito de usos en productos muy diversos; como partes mecánicas para aplicaciones industriales; ropa y accesorios; componentes electrónicos para sistemas de telecomunicaciones; especialmente satélites; procesos químicos; productos farmacéuticos e implantes médicos; ya que por ser un material inerte, el organismo no lo rechaza. Dos ejemplos de esta última utilización son las válvulas para el corazón y las trompas de Falopio hechas con Teflón.
Muchos consumidores se han preguntado: si nada se pega al Teflón, ¿cómo es que éste se pega al fondo de un sartén? La respuesta es simple: los fabricantes utilizan un método de limpiadura por chorro de arena para dejar la superficie metálica rugosa; y después aplican varias capas del material inerte del Teflón. Este se agarran a dicha superficie mecánicamente; no químicamente. Es debido a que la textura del aluminio no es lisa. Este proceso implica también, el horneado de las piezas y la adición de colorantes, ya que el fluoropolímero es naturalmente blanco; pero los cocineros prefieren las sartenes oscuras.
La Du Pont ha inventado también un método para fijar el Teflón a superficies lisas. Aunque se niegan a explicar cómo funciona exactamente. Se trata de una mezcla química del Teflón con otra sustancia adherente. De cualquier manera, el Teflón puede desprenderse con facilidad si se raya con utensilios metálicos como un tenedor, por ejemplo. Todas las amas de casa saben que los utensilios indicados para el Teflón deben ser de plástico o madera. Tampoco deben fregarse con estropajos que rayan; sino lavarse con una esponja y un jabón suave; siendo muy fácil su limpieza por su misma característica antiadherente que evita que se pegue la comida,
Otra recomendación de los fabricantes de sartenes y ollas con Teflón es no dejar que se calienten sin nada adentro; ya que puede tostarse y desprenderse en cuatro o cinco minutos. En cuanto a los efectos en la salud debido a la posible ingestión de pequeñas partículas de Teflón; no hay de qué preocuparse. Al tratarse de un material inerte, pasa por el cuerpo sin ser absorbido ni interferir con nada.
El Teflón sigue apareciendo en el Libro de Récords Guinness como el material más resbaloso del mundo; con el coeficiente más bajo de fricción estática y dinámica de cualquier sólido. Esta medida equivale a la fricción entre dos bloques de hielo mojado.
Su descubrimiento puede ser considerado un accidente afortunado o una chispa de genialidad. Lo que es indiscutible es su importancia, al llevar a la industria del plástico a crear aplicaciones nunca antes posibles en las comunicaciones; la medicina y otros logros científicos.
Hace 200 años, la Du Pont era una compañía de explosivos. Hace 100, sus objetivos se enfocaron al desarrollo de químicos; materiales y energía. Actualmente se dedica a buscar soluciones científicas para cambiar nuestra vida diaria en mercados tan variados como comida y nutrición; cuidado de la salud; ropa y accesorios; productos para el hogar; la construcción; la electrónica y los transportes.
Du Pont fabrica el Teflón en Estados Unidos, Japón y Holanda. Cuenta con 79,000 empleados en 70 países. Sus marcas más conocidas son; además de Teflón, las fibras Lycra y Dacrón.
Como dato curioso, la Du Pont acompañó a Neil Armstrong cuando dio sus primeros e históricos pasos en la Luna. Los materiales de la compañía fueron usados en 20 de las 21 capas de los trajes espaciales desarrollados específicamente para las misiones Apolo.
Nylon, Neopreno, Lycra, Nomex, Myla, Dacrón, Kaptón y Teflón fueron usados de diversas maneras para proteger a Armstrong; Edwin «Buzz» Aldrin y Michael Collins en condiciones de temperatura extremas; fluctuando de los 112 grados Celsius en el sol y menos 172 en la sombra. La compañía también ayudó a dejar la marca de Apolo en la historia; ya que la bandera estadounidense plantada en la superficie lunar fue hecha con el Nylon de Du Pont.
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