L&S.- Si bien es cierto que las harinas en general hay que comerlas con prudencia, cuándo se habla de que las harinas refinadas son malas, básicamente se hace referencia a uno de tantos componentes que lleva, que es componente común de todas las harinas, a saber: el almidón, que puede ser dañino para la digestión y también, porque tanto harinas blancas, como harinas integrales, son hiper calóricas y un exceso de calorías siempre es malo para la salud. Lo malo es que no suele hacerse mucha referencia al problema que surge con el refinado de algunas harinas para dejarlas blancas, suaves y deliciosas al paladar y de eso es de lo que vamos a hablar.
Harinas refinadas
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El gran problema del refinado de las harinas, es que al ingerirlas, estas provocan una desmineralización en el organismo, en primer lugar, por el exceso de almidón como ya hemos dicho y en segundo lugar, el proceso de blanqueamiento en el que se utilizan blanqueadores, oxidantes, potenciadores del sabor, estabilizantes, etc. con el fin de conseguir mayor volumen y rendimiento, a la vez que un aspecto apetecible. Digamos que es un proceso cosmético bastante peligroso.
Hay personas que basan su dieta en alimentos confeccionados con harina refinada: pizzas, pasta, hamburguesas, postres, fideos, pan, bollería industrial y un largo etcétera.
Debemos saber sobre las harinas (del tipo que sean) que al ser metabolizadas por el organismo, se convierten en azúcar y esto es bueno cuándo son harinas de alto valor en nutrientes y azúcares, pero las harinas refinadas (harinas blancas) pueden llegar a modificar el transporte de nutrientes y generar lesiones a nivel celular (según asegura G. Matus, académico de la Universidad Nacional Autónoma de México). Con esto podemos deducir a ciencia cierta que a nivel nutricional, todas las harinas refinadas son malas.
Diferencias entre harinas integrales y harinas refinadas:
La principal diferencia es que las harinas integrales proporcionan una energía que se dosifica de manera gradual en el cuerpo y las calorías que generan y que metaboliza el hígado, son transformadas en glucosa, la cual se distribuye para uso del cuerpo a medida que éste lo necesita en forma de energía.
En el caso de las harinas blancas, el proceso al que se somete al cereal para su refinamiento y para despojarlo del salvado, elemento rico en fibra y de su germen, de alto valor alimentario, rico en vitaminas, proteínas, minerales y grasas insaturadas; quedando solamente hidratos de carbono sin sus micronutrientes, o lo que es lo mismo, en calorías fofas y pobres en nutrientes de consumo rápido.
Reacción del cuerpo ante la ingesta de harinas refinadas
Cuándo se ingieren harinas refinadas, el organismo reacciona ante una invasión de azúcar rápida en la sangre, haciendo que el páncreas libere insulina y otra de las reacciones es que se deja de generar glucagón (hormona que actúa en el metabolismo del glucógeno), también llamada “la hormona del ayuno”, porque es la hormona que se encarga de que no se sienta hambre. De inmediato, se realiza la glucólisis (glicólisis) que es la vía metabólica que se encarga de la oxidación de la glucosa para obtener energía para las diferentes funciones del cuerpo, pero en este caso, al producirse en exceso y tan rápida liberación al cuerpo, este no consigue quemarlo y lo acumula en forma de grasa.
Con esto se produce un “pico de euforia” que dura poco y después, se produce una bajada de energía igual de rápido, elevándose los niveles de adrenalina, dopamina y cortisol en la sangre. Estas hormonas del estrés se activan como respuesta de ayuda para contrarrestar los efectos secundarios de la pérdida de energía, como puede ser sudoración, mareos, etc. Estas hormonas segregadas como “auxilio” a la sangre en cantidades desequilibradas (como es el caso), producen efectos adversos para la salud.
Harinas refinadas y las personas hipoglucémicas
Las personas hipoglucémicas son aquellas que en cuánto les baja el “pico de glucosa” procedente de la ingesta de harinas refinadas, deben ir corriendo a comprar algún pastel a fin de calmar su ansiedad, o su depresión, haciendo que se cierre un círculo vicioso pernicioso ya que son personas que deben ingerir harina para contrarrestar los daños producidos por ingerir harinas constantemente y si encima esto ocurre a partir de las 7 de la tarde, que es cuándo el metabolismo ya no es capaz de convertir la glucosa en energía, sino que la convierte en colesterol, se produce una inminente subida de peso y daño para la salud. Estas malas costumbres alimentarias son las causantes del sobrepeso de mucha gente que como cena, come galletas con leche, pasta, pizzas, bocadillos, etc.
Con el consumo de harinas refinadas se alteran funciones importantísimas en el cuerpo, tanto a nivel metabólico, como hormonal y cerebral y los hidratos de carbono que provienen de harinas refinadas pueden llegar a causar dependencia, ya que actúan de manera similar a las drogas en los quimiorreceptores y ese es precisamente el motivo por el que algunas personas no pueden vivir sin comer sus galletas, pan o pastas todos los días en su ingesta diaria.
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Por qué me salen aftas si como pan o arinas
He notado que al ingerir exceso de arinas refinadas por las noches me da taquicardia, dificultad para respirar, mareos y entro en crisis de ansiedad severa. Hay alguna relación para saber sí sufro de hipoglusemia??
Un análisis le sacaría de dudas. No es complicado. Cuéntele al médico su sospecha.
¿Es cierto que la harina blanca produce mucha mucosidad?